Gasolinazo

Salvador Muñoz
Los Políticos

A veces me pongo a pensar: ¿Y si en lugar de moto, anduviera en bici?
Digo... no sé hasta cuándo el gobierno federal siga incrementando los precios de la gasolina y el diesel pero los 50 pesos con los que antes llenaba el tanque de mi moto cada quince días, hoy ya no me alcanzan y tengo que meterle 120 o un poquito más para liberar la quincena.
Sí, no se comparan con los casi 360 pesos que cada diez días le mete la mujer al carro pero si los juntamos, ahí nos llevamos casi 500 pesos.
Tengo compañeros de trabajo que emplean 28 pesos diarios en ir y venir a las oficinas y trasladarse a su casa en autobús urbano. Son 280 pesos a la quincena.
Mi hija, que por fin trabaja (pero no por ello me libré de la pensión alimenticia), tan solo para trasladarse a su casa todas las noches al salir de su jornada, tiene que emplear taxi que, a ojo de buen cubero le ha de cobrar 30 pesos, es decir, si trabaja seis días a la semana, hablamos de 360 pesos quincenales.
Vaya, en pocas palabras, el incremento a las gasolinas y diesel, se tenga o no moto, carro, o utilice el camión urbano o taxi, tarde o temprano repercute en el bolsillo.
Y si de pura casualidad no utiliza ninguno de estos medios igual de todas maneras el incremento lo habrá de sentir en su compra de despensa... porque los alimentos, la mayoría de ellos, si no todos, se transportan.
Por supuesto, esto no es nada nuevo para nosotros los mexicanos. Sinceramente no recuerdo un tiempo de bonanza en lo que llevo de vida... siempre crisis, aumentos, carestía y un poquito de más crisis.
Lo nuevo sería que un día dijéramos “Ya no más”... “Basta”... y mandáramos a la chingada al Gobierno, con algo tan sencillo como parar nuestros vehículos, apagando nuestros celulares, desconectando la internet, cortando los cables del GPS, con las luces apagadas y el televisor sin prender, aislándonos del mundo... sin saber nada de nadie ni que nadie supiera de nosotros...
¿Tendría el valor de hacer eso?
¿Se imagina la cara de Carlos Slim si un día no hiciéramos llamadas de la casa ni del celular?
¿Qué pasaría en las gasolineras?
¿Sería tan valiente para olvidarse del mundo?
Sí, quizás la Interpol, la CIA y Cisen tomaran nota de mi nota y me ubicarían entre los archivos de potenciales revoltosos anárquicos y empezarían una cacería peor que la que la Procuraduría de Justicia hace contra ex alcaldes de Veracruz...
Júrelo que aun con toda su tecnología difícilmente podrían dar con mi paradero. Encontrarían al Chapo y a Blanca Batalla... ¿pero a mí? ¡Ja!
Bueno... sólo que contrataran a Brenda, mi mujer, que apenas y se me descarga la batería del nextel o del celular suelta a los perros y siempre me encuentra, aun debajo de las piedras...
Por eso, sólo por eso, con todo el incremento a los combustibles, dejo ese espíritu revoltoso y cobijo mi economía fría con una pregunta simple: ¿Y si en lugar de moto, anduviera en bici?
¡Bienvenido nuevo gasolinazo!

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