Justicia social

Rodrigo Vidal
Zona de Tolerancia

En marzo se cumplirán 16 años de la realización de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social (Copenhague, 1995), cuyos objetivos y metas se comprometieron a cumplir todos los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre ellos la erradicación de la pobreza, la promoción de un empleo pleno y un trabajo decente, equidad de género y acceso al bienestar social y justicia para todos.
Entre los 192 Estados miembros de la ONU se encuentra México.
Por lo tanto, el Gobierno mexicano tiene la obligación de responder sobre el evidente incumplimiento a los acuerdos adquiridos en Copenhague, pues en los últimos 16 años (que incluye a las administraciones del priista Ernesto Zedillo y los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón) no sólo no se han tenido avances en el tema de la erradicación de la pobreza, bienestar social y justicia sino hay francos retrocesos.
A finales de 2010, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), dio a conocer en su reporte que la pobreza en México aumentó de 31.7 por ciento en 2006 a 34.8 por ciento en 2008, periodo en el que otros países experimentaron una tendencia a la baja.
En el reporte América Latina: evolución de la pobreza y la indigencia, 1980-2010, que analizó la situación de nueve países, México junto con Ecuador y Costa Rica fueron los únicos que reportaron un crecimiento de la pobreza, a diferencia del resto de naciones.
Otro dato. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) se estima que en México 23.1 millones de personas, es decir, 21.6 por ciento de la población total, tiene carencia por acceso a la alimentación, es decir, no comen bien y no precisamente porque no quieran.
De estas personas, 16.6 millones vivían en condición de pobreza multidimensional, de las cuales 6.2 millones vivían en pobreza multidimensional extrema.
En el Veracruz multicolor de hoy viven 1.14 millones de persona en situación de pobreza multidimensional extrema (15.7 por ciento) y 2.57 millones en pobreza multidimensional “moderada” (35 por ciento). Sólo 13 por ciento de la población (0.94 millones) se encuentra en una situación de bienestar, sin carencias y con un nivel adecuado de bienestar económico.
El grado de rezago social es muy alto en las poblaciones indígenas, pues representan 75.7 por ciento de las personas que se encuentran en situación de pobreza multidimensional.
Es decir, el Estado mexicano no ha hecho o ha hecho mal su tarea.
Todavía recuerdo aquel 28 de noviembre del año pasado, cuando el presidente Felipe Calderón festejaba su cuarto año de des-gobierno, que es posible vencer a la delincuencia y erradicar la pobreza en México, para lo primero no hay fecha y para lo segundo la Sedesol dijo que la meta es 2015, cuando ya no haya ni un mexicano en pobreza alimentaria.
Mañana, domingo, además de la boda de Benito, se conmemora el Día Mundial de la Justicia Social, designado por la Asamblea General de Naciones Unidas el 26 de noviembre de 2007. Es para recordarles a los países como México que tienen un compromiso con el desarrollo sostenible, en sus aspectos económicos, sociales y ambientales, con su población.

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