viernes, 18 de febrero de 2011

Pinche Vergara

Arturo Reyes González
Burladero

Como aficionado del club de futbol Guadalajara me declaro ofendido por lo que el “dueño” del club, Jorge Vergara, ha hecho con la institución.
Es una lastima lo que sucede con el equipo nacional, con su tradición y mística futbolística, con su historia y afición.
Una vez más, sin sentido, sin mesura alguna, como si nos hiciera un favor el señor nos reta y siento que al mismo tiempo nos culpa de sus frustraciones, ¿habrá intentado reflexionar ya que el dinero y el ego no te compensan ni una mínima pizca de cerebro?
Cuando en los inicios de su “mandato” (porque tiene dotes de dictador) inició con sus ideas de grandeza pensé que era parte de lo que el club necesitaba.
Mesiánico, Vergara presumía de su visión –como si se tratara de algún político del sureste del país-, de su capacidad para salvar al rebaño, de llevarlo a la conquista de todos los campeonatos de donde jamás debió alejarse, era la reencarnación misma del salvador (nada que ver con Chava Reyes, lamentablemente) del futbol del rebaño sagrado, de la tradición del equipo, de los millones de aficionados mexicanos.
Triste realidad, el equipo no ha logrado nada. Hoy, de nuevo envalentonado en su dinero reta al aficionado, con ese protagonismo enfermizo que le aqueja y del cual nunca encontrará cura, piensa y cree –no lo siente- que él es las Chivas, cuando que se trata de algo que hoy creo jamás de los jamases entenderá, porque el Guadalajara es mucho más que dinero, que un nuevo estadio, que toda la mercadotecnia de México posible, las playeras, los souvenirs, su esposa y sus sueños mismos.
“Si no aportan, si no vienen… que no exijan”, pobrecito, pobrecito Vergara; que chiquito. Su dinero debería de usarlo en el desarrollo de investigaciones para poder activar zonas del cerebro, porque a él además de la del sentido común le faltan muchas, pero muchas por estrenar.
Cree que su dinero le da el derecho y la razón para demeritar a los verdaderos aficionados, a los que sí sienten la camisa, la sufren, la lloran –y además la compran idiota para darte más dinero- y tienen unas ansias enormes por celebrarla, más que tu y tu familia y amigos.
Señor Vergara esto es futbol, las Chivas antes que franquicias y negocios y meros y fríos números eran futbol, de eso se trataba antes de su llegada, porque nos queda claro que lo suyo es dinero y nada más.
Si tuviera la mínima idea de lo que se trata y de lo que Chivas implica, entendería el malestar y la ausencia de los aficionados, la razón por la que no aportan ni asisten, y es porque simplemente la institución que hoy esta en sus manos no es eficiente y el equipo no es ni atractivo ni muchos menos exitoso.
La forma irrespetuosa en que usted se ha perdido creyendo que es el equipo mismo nos deja en claro a los verdaderos aficionados que usted no era nadie y con el golpe de suerte que dio, se volvió loco, perdió la razón, las Chivas están secuestradas.
Ah pero eso sí, lo único que entiende muy bien es que nosotros somos fieles y a pesar de su soberbia e idiota actitud no vamos a dejar de apoyar al equipo. Es por eso que hace lo que hace.
Una institución como lo es la de Las chivas no merece a alguien de tan pequeño como Vergara, que sólo alcanza a ver un negocio en donde hay algo más, mucho mayor, la esencia, la magia, la tradición y el pundonor del mejor equipo de futbol profesional del país.
¡Diosito, haz que le caiga un rayo a este bicho endemoniado! (De la película de los Polivoces, entre pobretones y ricachones)

argo_reyes@hotmail.com

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