jueves, 31 de marzo de 2011

Cerdo impuesto

Salvador Muñoz
Los Políticos

Hacer un pago, por muy simple que parezca, resulta para mí una pesadilla.
He pasado minutos que se acercan a la hora en la fila de un banco para que, cuando llego a la ventanilla, la cajera me dice que la tarjeta que voy a pagar no pertenece a ese banco.
Así, que, después de ese oso, cada vez que voy al banco a hacer un trámite, antes de entrar a la institución, checo el logo, el nombre y aún me cercioro en la tarjeta, que sea al punto a donde voy.
Entender la mecánica de una compra-venta, de pagar impuestos, de liquidar la cuenta del restaurante, es un engorro para mí.
¿Se acuerda de la madre que manda a su hijo la primera vez a la tienda con una serie de explicaciones detalladas de lo que tiene que comprar, cuánto tiene que comprar, pagar y recibir de cambio?
Bueno, pues yo vuelvo a ser ese niño cada que la mujer me manda hasta por las tortillas... bueno, no tanto, pero si hay más de tres productos, ¡me vuelvo loco!
Afortunadamente, en mi casa, para todos esos trámites contables, la mayoría de las veces aplico la de Facundo: ¡Que lo haga ella!
Sin embargo, hacer el pago de la tenencia vehicular por mi moto, no dejó de significar una angustia para mí ante la cajera del banco. Peor: Igual sufrí cuando también me tocó hacer el pago de la tenencia del carro.
Pero mi sufrimiento en este pago y caso, fue por dos razones: 1) Mi problema para entender la economía en su forma más simple, como es el trueque, y más canalla, como es el pago de impuestos y 2) por lo que había escuchado en torno al pago de la tenencia.
Escuché que a quienes debían la tenencia, les llegaba una carta-invitación para hacer el pago. A mi mujer, increíblemente, se le pasó leer unas letras chiquitas, en rojo, que decían que ese documento no servía para realizar el pago, tenía que imprimir un documento que me diera la línea de captura. Así que una de mis visitas al banco fue infructuosa. ¡Je! Disfruté ese momento... le gané una a la mujer en el área de pagos, trámites y cuentas sólo un momento, porque aun cuando intenté en la internet buscar ese formato, al final terminé llamándole por teléfono para que me diera las instrucciones de cómo chingaos entrar a la página www.ovh.veracruz.gob.mx y buscar algo que me dijera “este es el formato... imprímelo, imbécil”.
También había escuchado que en Sefiplan, el pasado 30, se había caído el sistema y era imposible imprimir el formato con la línea de captura... bueno, pero eso no me tocó a mí. Tampoco el problema que tienes cuando vendes un carro sin dar de alta el cambio de propietario, por lo que a muchos les apareció un adeudo que los dejaba fuera de los beneficios del subsidio a la tenencia. Menos la bronca que amigos de algunos municipios lejanos pasaron cuando, según dicen, había instrucciones en las Haciendas regionales de cerrar a las nueve de la noche, pero burocráticamente les valía madre y cerraban a las 3 pm por lo que muchos no podían, después de salir del trabajo, ir a hacer su pago.
Hoy, primero de abril, puedo decir, que aun cuando yo pensaba que, de acuerdo a la promesa de campaña del Gobernador, me iba a librar en mi primera vez, de pagar tenencia vehicular, soy un ciudadano cumplido... pagué.
Sí, pagué mi impuesto y pagué mi voto pensando que me iban a quitar ese impuesto... bueno, voto dado, ni IFE lo quita.
Y como cada noche, cuando llega la mujer del trabajo, me pide los recibos para cerciorarse de que los pagos hayan sido correctos sin que oculte ese dejo de temor de que me haya equivocado...
La noche del martes andaba buscando como loca los recibos de las tenencias y no dejé de sentir cierto miedito por pensar que a lo mejor hice un pago mal, pero no, era parte de su rutina por archivar cada recibo que nos dan porque se avecina otro pago de impuestos.
¡Impuestos! Yo creo que a todos nos chocan...
Eso me recuerda un cuento..
Un día, llega Mansur Beltrán, subsecretario de Finanzas, a un criadero de cerdos y pregunta al dueño:
--¿Qué le da de comer a sus cerdos?
--Pues yo le doy las sobras de la comida, desperdicios y frutas y legumbres echadas a perder que recojo del mercado...
--¡Qué se ha creído! Debe pagar una multa de 100 mil pesos por tratar mal a los animales...
El criador de cerdos se queda molesto. Pasa el tiempo y llega Tomás Ruiz González, secretario de Finanzas, quien le pregunta lo mismo pero en esta ocasión responde el criador:
--Les doy las lechugas más frescas, los jitomates más rojos, las calabacitas más dulces, las manzanas más jugosas y sus racimos de uva, todo esto, de invernaderos hidropónicos importados de Francia.
--¡Oiga! Nuestros veracruzanos se mueren de hambre y estos cerdos están mejor alimentados que nuestra gente... ¡multa de 100 mil pesos por desigualdad alimentaria!
El criador paga y vuelve a hacer corajes... total, que pasa el tiempo y un día llega el gobernador, Javier Duarte de Ochoa y le pregunta:
--¿Qué le da de comer a los cerdos?
--Mire mi gobernador... yo les doy 100 mil pesos a cada uno ¡y que coman lo que quieran!

Moraleja: Coman lo que coman nuestros cerdos, nosotros pagamos.

No hay comentarios: