jueves, 24 de marzo de 2011

El agua que nos ha de afectar

Déficit en agua potable y alcantarillado


Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Místicos y Terrenales

Cuando el Gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa festinó el anuncio realizado por el presidente Felipe Calderón, de una inversión de 215 mil millones de pesos de aquí al 2030, para lograr la cobertura universal en agua potable y alcantarillado para los mexicanos, tuvo toda la razón, porque Veracruz se encuentra en la región sureste del país, por la que corre el 69 por ciento del agua que en promedio cae en un año en México; y de esta cantidad, casi la mitad pasa por Veracruz, esto es un 33 por ciento del total de la que se descarga en Mexico.
Este 23 de marzo el Presidente Felipe Calderón Hinojosa presentó la llamada “Agenda del Agua 2030”, en la que se anuncia la necesidad de realizar inversiones en el país por 215 mil millones de pesos para que, precisamente al año 2030, todos los mexicanos tengan agua entubada, y además potable, al grado de que pueda ser consumida directamente de la llave (¡así dice!, “Confianza en tomar agua de la llave”, en la página 14 del folleto de presentación del programa, preparado por la Comisión Nacional del Agua –Conagua, por su nombre corto-).
Pues bien, si la proyección de inversiones, es proporcional a la cantidad de agua que se precipita en el país, entonces a Veracruz le debe tocar una inversión por 70 mil 950 millones de pesos en los próximos 18 años.
Aunque bien puede ser más, porque lograr estos objetivos, de la cobertura universal de agua potable y alcantarillado implica, en primera instancia, el poder controlar el flujo de los ríos y las aguas en lagos y lagunas, lo que hasta ahora para Veracruz no se hace.
Una de las causas de las fuertes inundaciones que se tuvieron en el 2010 en la Cuenca del Papaloapan, fue la incapacidad de las presas Cerro de Oro (o Miguel de la Madrid, como es su nombre oficial) y la Temascal, para retener los fuertes flujos hacia el río Papaloapan.
La "baja capacidad de regulación" de ambas presas se reconoció en el oficio BOO.00.R10.07.04.-831, del Organismo de Cuenca Golfo Centro, de la misma Conagua, dirigido al entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán, y firmado por el Director General del mismo, Víctor M. Esparza Pérez.
Tan sólo hacia el Papaloapan llegan cuatro ríos más, todos incontrolados: el Valle Nacional, el Obispo, el Tesechoacán y el San Juan.
Antes se decía que Coatzacoalcos nunca se inundaría, pero la falta de control del cauce del río del mismo nombre provocó que se dieran inundaciones en el antiguo Puerto México, y que las aguas en Minatitlán subiesen como pocas veces y que se mantuvieran inundando la ciudad por muchos días.
En Gutiérrez Zamora y en toda esa zona, después de las inundaciones de 1999, se habló de poner una alarma para avisar de las crecidas de los ríos; que yo recuerde, nunca se instaló.
Cuando la lluvia amenaza en forma torrencial, lo único que se hace es alertar a las zonas donde se presume que va a llegar la tempestad, y esperar a ver como corre el agua, porque no se le puede controlar.
Los recursos destinados a Veracruz también pueden incrementarse porque, paradójicamente, con toda el agua que corre por Veracruz, nuestro estado está entre los seis que menor cobertura tienen hacia su población en agua potable y alcantarillado. Los otros cinco, señalados por la Conagua también, son (y en ese orden): Baja California, Chiapas, Estado de México, Jalisco y Puebla.
En el país, según el XIII Censo Nacional de Población y Vivienda, el 91.3 por ciento de la población tiene servicio de agua potable y el 89.9 por ciento tiene cobertura de alcantarillado.
“Considerando la cobertura actual y el crecimiento poblacional, el reto en materia de agua potable será incorporar a 36.8 millones de habitantes a la cobertura de agua potable y 40.5 millones a la de alcantarillado”, asienta la Agenda del Agua 2030.
Por eso, cuando el Gobernador Javier Duarte dijo: “Seguiremos trabajando de la mano con el gobierno federal, con el Presidente Felipe Calderón Hinojosa y con la Comisión Nacional del Agua, para que todos los veracruzanos tengan acceso a agua potable y para el saneamiento debido de los cuerpos hídricos de la entidad veracruzana”, hizo bien.
Porque las obras, aunque serán ejecutadas por el gobierno federal, requerirán de la intervención de los gobiernos locales, porque en estos, en el Gobierno del estado y en los municipales, es donde se sabe con mayor certeza como está la situación.
La Agenda del Agua, con el anuncio de las fuertes inversiones a futuro, también incluye la mención de que se promoverá “la certificación sistemática del personal directivo y técnico de los organismos operadores de agua y saneamiento”, lo que implica que deberá haber menos fallas en la operación de estos sistemas, aún cuando los operen los ayuntamientos o se instaure un organismo conurbado, como el que existe para los municipios de Veracruz, Boca del Río y Medellín.
Lo malo es que también contiene una amenaza: “fomentar que la definición de tarifas siga criterios técnicos y se desvincule de aspectos políticos”, lo que en términos llanos puede significar que los precios por el consumo de agua potable y alcantarillado crecerán más.
La Agenda del Agua 2030 también contempla la existencia de ríos limpios (porque además, sin estos, ¿cómo garantizar agua potable para todos?) y asentamientos humanos seguros frente a inundaciones catastróficas.
“Por ello el gobierno de Veracruz tiene también un importante plan de prevención para evitar catástrofes como las que vivimos el año pasado frente al huracán Karl y la tormenta tropical Matthew”, puntualizó el Gobernador.
Ojalá que la Agenda del Agua 2030, como dijo el presidente del Consejo Consultivo del Agua (CCA), Carlos Fernández González, sea la "brújula" para avanzar hacia la necesaria sustentabilidad hídrica que requiere el país, ajena a vaivenes de la política; “una auténtica política de Estado para el agua, no sujeta a los vaivenes de la política, una agenda del agua de todos y para todos, pero también para funcionar con el compromiso de todos”.
Los terrenales requerimos de este tipo de seguridades.

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