Dos buenas razones

Salvador Muñoz
Los Políticos

La terapia de escribir casi todos los días obliga siempre al autor de estas líneas en encontrar una buena razón para hacerlo.
Y es increíble. Temas hay todos los días, que pueden ir desde la política más barata que circunscribe nuestro entorno gubernamental, en cualquiera de sus poderes o estrados, hasta los sociales que sacuden nuestra cabeza, como un niño atropellado por una camioneta de la CFE cuyo conductor se dio a la fuga o el caso de ese campesino que decide suicidarse al sentirse agobiado por una deuda de 35 mil pesos que tiene y ver que la cosecha de caña simplemente no se dio.
Todas las mañanas, desde que amanece, veo una buen razón para escribir que se deja de lado por encontrar otra razón que, conforme pasa el dia, se vuelve una cadena interminable de buenas razones.
Sin embargo, ayer, encontré “dos buenas razones” para platicarle un asunto que pinta polémica, belleza, sensualidad y moral... ¡ah! Y también política.
¿Dónde pueden caber tantas cosas? se ha de preguntar. Fácil: En los senos de una mujer.
Del placer alimentario al sensual, como sea, tenemos fijación en ellos más si hay un generoso escote que mengüe la fuerza de una yunta con tan solo admirarlos.
Por Hércules, tenemos una vía láctea que escurrió del pecho de Hera.
Madame Pompadour ofreció como molde uno de sus pechos para forjar copas donde no sólo se disfrutara del champán, sino la esencia de su seno.
Y qué decir de nuestra democracia francesa, animando al pueblo a seguir de frente, tomando entre sus manos la bandera gala y una bayoneta pero dejando al aire un blanco cántaro de miel, dijera el poeta.
Aunque en este caso, la exuberancia mamaria se refleja en una política que busca la alcaldía de Menorca, sí, la contraparte de Mallorca.
Se trata de Soledad Sánchez Mohamed, quien de la nada salta a la fama mundial por un cartel que tiene más lecturas que la Biblia.
Bajo el supuesto de que el editor no publique la foto de tal cartel, permítame describirlo:
El torso de Sol Sánchez aparece desnudo pero sus senos son agarrados por unas manos masculinas que la toman desde atrás. Entre los dedos varoniles saltan sus pezones y la mano derecha de ella, descansa sobre el pecho derecho.
Al pie del cartel sólo una leyenda: “Dos grandes argumentos. Sole Sánchez”.
El cartel fue retirado de la sede del partido Democrático de Ciutadella después de que un organismo de mujeres señalara como ofensivo para tal género la sujeción de los pechos de Sole.
Esa es la polémica. Sole dice que ella puede hacer con su pecho lo que quiera y califica de moralinos a quienes critican su cartel. La idea de exhibir tal fotografía, dice, fue como un promocional turístico para Menorca.
No se duda de las buenas intenciones de Sole Sánchez pero, al menos que haya playas nudistas en Menorca, entiendo el promocional; mientras, pensar en que dos tetas puedan ser dos buenas razones para hacer política, se lo dejo a juicio de cada quien. Por mi parte considero que un par de pechos tan frondosos como los de Sole Sánchez pueden ser dos buenas razones para escribir una columna... y no más.


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