Salvador Muñoz
Los Políticos
Atendiendo a una pregunta de Winston Manrique, le respondo que mi primer amor fue infantil. Estaba enamorado quizás no tanto de su apariencia como de su personalidad: Envolvente, atrayente, enigmática, pero sobre todo, por su entrega.
No sé si tenía cinco o seis años cuando me enamoré de la novela de “Drácula”, de Bram Stoker... tampoco sé cómo llegó a mis manos... eso no importaba. El asunto era que empecé a devorarla en el techo de mi casa, en la mecedora del abuelo o en el sitio que se ha convertido en santuario de la mayoría de mis lecturas: el baño.
La apacibilidad que se respira... bueno, más bien que reina en un baño, desde mi punto de vista, la hace ideal para una buena lectura que en mi caso se volvieron cientas, que pasaron de “Drácula”, a los cuentos de Walt Disney, Emilio Salgari, Marc Twain, hasta mi primera novela erótica (sin fotografías ni dibujitos de por medio) que le dieron al baño otro uso más que el de desechar, asearse y leer.
Esta semana de vacaciones me encontré una película que se llama “Orgullo y Prejuicio”. La trama se desarrolla en un ambiente contemporáneo. Al día siguiente me encontré otra película con el mismo nombre pero desarrollada en el siglo XIX. Entonces me di cuenta de algo: No sabía si había leído la novela de Jane Austen o había visto la película.
Entonces decidí en la primera oportunidad, comprar la novela “Orgullo y Prejuicio” y aclarar mis dudas.
No obstante, teniendo a la mano la librería, me encontré con un tesoro invaluable: ¡Los primeros números de “El poderoso Thor”!
Hablo de los años 60 cuando Stan Lee generó una gama increíble de superhéroes envueltos en un aura nacionalista a ultranza, donde el modelo estadunidense con todo y su moral, eran perfectas para el mundo entero.
Es genial el contexto que me encuentro alrededor de Stan Lee y la evolución que tuvo tanto él como guionista como sus mismos héroes.
¿Imaginan a Thor luchando contra los Rojos? ¿o contra un dictador de Sudamérica? ¿y la gratitud de los demócratas que son liberados del yugo del tirano hacia la nación estadunidense?
Yo viví los Cuatro Fantásticos de finales de los 70 y las nuevas aventuras del Sorprendente Hombre Araña a principios de los 80. ¡Eran otras épocas y otros temores! El enemigo no era ruso, no era comunista, no era un dictador ni tampoco las bombas nucleares. Ya habían evolucionado los villanos que ambicionaban otro modo de poder y dinero.
En fin, que mi búsqueda de “Orgullo y Prejuicio” tendrá que esperar un poco... pero la lectura no puede esperar.
Acaba de pasar hace unos días el día del libro. Según la Unesco, sólo el 2 por ciento de los mexicanos lee. Habría que precisar más bien qué lee un mexicano o un veracruzano, que en términos de aldea, es lo que al menos a mí, me interesa.
Desde mi infancia, he leído de todo. Desde libros hasta la respetable Vargas Dulché con su Memín Pingüín y Rarotonga, entre otros.
Hoy lo hago menos. La dinámica que nos envuelve hacen que el tiempo sencillamente se reduzca en torno al individuo y se ocupe más en el negocio de los empresarios desvinculando a la gente de tiempo para sí y sobre todo, para su familia.
Sin embargo, el optimismo del regidor segundo del Ayuntamiento de Boca del Río, Hipólito Deschamps Espino Barros, es de valorar.
Dice que de acuerdo a la Unesco, debería haber por cada 10 mil habitantes una librería. En Boca del Río, ciudad con casi ciento cincuenta mil habitantes, ¡sólo se expenden libros en siete centros comerciales y no se cuenta con más de dos librerías!
Sugiere, en una infinita bondad y buenas intenciones, ante esa ausencia, fomentar la lectura a través de los ciberlibros o lecturas digitales como Digital Reader, Kindle de Amazon o iPad o de las páginas de internet que ofrecen lectura online y da estas direcciones: www.librear.com y www.librototal.com.
En la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, a través del programa federal Salas de Lectura de Conaculta es como han reclutado veinte mediadores de salas de lectura, que se encargan de formar gurpos de lectores de todas edades e intereses pero que son insuficientes porque también atienden la zona de Medellín y Jamapa.
Dice Hipólito Deschamps que pasadas estas vacaciones, hará entrega de más de 600 libros a escuelas públicas boqueñas y aproximadamente cuatrocientos más a las dos bibliotecas municipales “Jesús Reyes Heroles” e “Isabel Díaz de Licona” producto de la campaña de donación que emprendió desde hace dos meses.
No conozco a Hipólito, pero estoy seguro de que está enamorado... de que es un Quijote... de que a lo mejor, en una lectura, se dejó envolver por “El libro de Arena” de Borges... es un idealista pero lo apoyo. Así que, lo invito, estimado lector, a que se enamore de un libro, de que se haga amante de una novela, de que le sea infiel a su periódico favorito con un cuento, que haga el amor —por qué no— en el apacible silencio del baño con una buen lectura erótica.
Yo, yo sigo enamorado de Drácula, sin embargo he de confesar que nunca le fui fiel, porque conocí a Lee Iacocca, a Lobsang Rampa, Jorge Luis Borges, Anne Rice y demás amores, entre ellos Stan Lee, que me siguen permitiendo viajar desde mi asiento de porcelana, mi máquina del tiempo, por diferentes mundos en la apasibilidad de una buena lectura.
e-mail: dor00@hotmail.com
twitter: Los_Politicos
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