jueves, 14 de abril de 2011

¿Un peligro para México?

Miguel Ángel Gómez Polanco
Vía Crítica

Las complicaciones retóricas que suelen tener las palabras de cualquier gobernante y la percepción que provocan en la ciudadanía, deben ser tomadas en cuenta, antes que todo, por el futuro que puedan tener. Si no, pregúntenle a Wikileaks.
Lo anterior viene a colación después de ventilarse el cable 06Mexico505 en el portal liderado por Julian Assange, que narra cuando, en reunión con el entonces embajador de Estados Unidos en México, Tony Garza; Andrés Manuel López Obrador habría mostrado su interés en “dar a la potencia militar más autoridad en las operaciones de lucha contra el narcotráfico” pues según el excandidato presidencial, el Ejército “es el menos corrupto de todos los organismos de México” y por ello, con posibilidades de ser el más eficaz.
Luego entonces, es inevitable recordar aquella campaña que, además de contradecir el discurso del ahora presidente de México, Felipe Calderón, fue punta de lanza para la reforma electoral del 2007: “Amlo es un peligro para México”.
Según aquel mensaje, los intereses del candidato izquierdista atentaban contra los de una nación, ávida de seguridad y fortalecimiento económico, que sembraba sus esperanzas en una creciente inclinación hacia dicho candidato, perjudicando las intenciones de Acción Nacional para continuar en el poder.
Pero si Amlo era un peligro para México ¿esta aseveración también contemplaba el hecho de dotar al Ejército de mayor poder para el combate de “la cruz” de los mexicanos, el narcotráfico?
De ser así, luego de más de 34 mil muertes, fosas clandestinas con centenares de cadáveres como las de Tamaulipas, marchas nacionales y una sociedad harta pero impotente; seguramente el presidente Felipe Calderón debe estar comiéndose sus palabras, toda vez que la misma estrategia implementada por él, era la que consideró en su momento aquel que calificó como un peligro.
Lo cierto es que, dentro de lo revelador del cable, también se incluye una prudente “recomendación” del embajador norteamericano a Andrés Manuel, en la que le pide centrar especial atención en la educación del país, recibiendo como respuesta una sesuda afirmación del tabasqueño: “la educación es un problema en todas partes de México pero sobre todo en comunidades rurales”, haciendo ver que aunque observado, no era el tema medular tampoco para él en ese entonces.
Lo lamentable: que a final de cuentas, de derecha, izquierda, centro o “pa’dentro”, el país no podrá contar entre sus prioridades, con soluciones en el tema que para las potencias, representa el sinónimo de desarrollo: la educación.

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