miércoles, 8 de junio de 2011

Breves cuentos críticos

Salvador Muñoz
Los Políticos

Leo con interés los discursos que el Gobernador Javier Duarte de Ochoa y su titular de Comunicación Social dieron con motivo del Día de la Libertad de Expresión.
¡Son dos joyas! Las recorto, las pego en un papel blanco y las enmarco... tomo clavo y martillo y empiezo los golpes para afianzar al clavo... ¡pum, pum pum! y de repente ¡zaz! ¡mi dedo reventado por el martillo!
Se acerca mi esposa y me pregunta: ¿Qué pasó?
Le respondo tranquilo, con el dedo negro de sangre aplastada, molida, hinchándose:
“No pasa nada”.

II
En algún lugar de Veracruz, una indígena, piel de bronce, con la anemia desbordando por sus ojos, pone al descubierto uno de sus senos para alimentar a su bebé... el pequeño, apenas percibe el pezón en su boca, se afianza a él y empieza a succionar. ¡Muac, muac, muac! Y para... ¡Muac, muac, muac! Y para... no hay un tercer intento, el bebé revienta en llanto. La mamá entonces se cubre el pecho y descubre el otro. Lo pone en la boca del bebé y ¡Muac, muac, muac! Y para... ¡Muac, muac, muac! Y para. Igual, no hay un tercer intento y explota en llanto... la mujer toma su pezón, hace un ligero apretón y se da cuenta que de su maná, no pasa nada, no pasa nada.

III
En alguna colonia de cualquier ciudad de Veracruz, en una casa, el hombre llegó alcoholizado o drogado o las dos cosas. Su mujer le comenta que uno de sus hijos tiene que llevar mañana a la escuela algún material. Al menor de sus vástagos ya se le abrieron los zapatos y posiblemente esté embarazada... ¡ah! Nada más hizo unas maruchans porque ya no le alcanzó el dinero. La respuesta fue una tunda terrible que escandalizó a los vecinos tanto por los gritos de la mujer como de los hijos. Cuando la policía llegó, el tipo había huido pero dejó muerta a su esposa. El comandante de la AVI se apersonó y preguntó: ¿Qué ocurrió aquí? y sus efectivos le contestaron: No pasa nada, comandante, sólo una discusión familiar, no pasa nada.

IV
Seis cuerpos sin cabeza. Parece un cuento de terror. Envueltos en costales, desmembrados, arrojados en la carretera allá por el rumbo de Pánuco. La información de nuestras autoridades nos tranquiliza: No pasa nada, no pasa nada... sólo que los malosos se toman la molestia de correr riesgos innecesarios para fastidiarnos y venir a tirar, desde Tamaulipas a Veracruz, un tanto de cadáveres, pero aquí, no pasa nada.

V
La columna es con respecto a la Libertad de Expresión. Vaya, más bien es una mofa. El escribiente considera que el oficio debería llamarse “escri-sirviente”. Igual piensa que no hay censura, sino “auto-censura”... ¿cómo golpear a quien me regaló un auto? Que el choro de la Libertad de Expresión está en desuso y sólo queda la “Libertad de Inserción”... el columnista sirve de “Calumnista” al poder y los discursos de la doble G no dejan de ser simple demagogia que me la paso por... ¿qué? ¿que no pasa? ¿por qué?
La respuesta es precisa:
—En Veracruz no pasa nada, no pasa nada, no pasa nada... que contradiga al Gobernador.

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