martes, 7 de junio de 2011

Libertad de Expresión: ¿Letra muerta?

Claudia Guerrero Martínez
Entre lo utópico y lo verdadero

Qué haría inteligente lector, si usted ganara 850 pesos mensuales. Y si todavía, en ese mismo empleo, le exigen reportear cuatro a cinco notas periodísticas diarias. Para “acabarla de amolar”, lo obligan a vender publicidad de ese medio de comunicación. De éstos, como Grupo Oliva Radio, Grupo Acir o Gráfico de Xalapa, Diario AZ, entre otros conocidos medios de comunicación, son algunas empresas periodísticas que pagan “sueldazos” como éstos. Además, la mayoría de estas empresas periodísticas no son obligadas a otorgan seguro médico ni prestaciones de ley a sus trabajadores o “de plano”, se hacen los desentendidos. Ni pensar en cotizar para tener derecho a adquirir una casa de interés social… ¿Le gustaría trabajar como periodista, con tantas bondades?… No, verdad…
Esta es la realidad en que laboran cientos de reporteros, columnistas y fotógrafos, quienes son un pequeño ejército de empleados mal pagados por “influyentes” empresarios periodísticos…El lema de éstos últimos es “Si no te gusta la paga y el trabajo, vendrá otro, que sí aceptará”, pues argumentan existir una “enorme” fila de aspirantes para ser contratados como periodistas. Lo peor cuando se contratan a muchos de forma meritoria, aceptando no recibir ninguna remuneración o prestación de ley, con tal de poder portar un gafete de prensa como arma de extorsión, inmunidad periodística, prepotencia y presión socio-política…
Y no olvidemos a la mal llamada “Libertad de extorsión” ejercida durante muchos años. De ésta, se desprenden actividades de golpeteo personal y minuciosa investigación en la vida personal del político y funcionario, para luego, publicar dos o tres pecaditos reveladores. Después, ya debilitado el afectado por esta asidua campaña de desprestigio, en su mayoría, llena de difamaciones, se negocian costos de disfrazada publicidad y acuerdan finalizar ataques a su persona, iniciando una campaña de reivindicación en la imagen del nuevo “cliente”.
Ya lo decía el viejo dicho: “El político tiene la prensa que quiere” y ellos, los líderes de opinión, caen en los abusos de extorsionadores de la pluma y grabadora, por no saber cómo manejar a periodistas en crisis…Sí, en crisis económica, quienes tratan a toda costa, de sacar raja económica de cualquier recurso y artimaña, para obligar en todos los niveles de Gobierno, continuar manteniendo a estos mercenarios de la información…
La realidad sobre la Libertad de Expresión, que este 7 de junio se festeja en nuestro estado, ha sido afectada en la credibilidad de la sociedad que nos lee. Cada día, los lectores sufren el desánimo y hartazgo de medios de comunicación quienes se limitan a ser escaparates de políticos en turno y olvidan casi por completo su compromiso de informar de forma veraz y objetiva… Objetividad que se pierde en la percepción de cada uno de nosotros, sobre un hecho o suceso importante, por el convenio o compra de publicidad pactada.
En cada factura de publicidad, se crea un manto de silencio. En cada convenio, un acuerdo entre aliados. En cada nota periodística, van palabras de apoyo y alto grado de simbolismos electoreros, para promocionar la imagen del que paga. Se omite afectar al “cliente”. Se cambian términos y se enaltecen los logros. Se olvidan, de manera premeditada los resbalones discursivos y los ademanes extraños, aumentando la verborrea. Todo, para conseguir cada mes, el anhelado cheque de paga por publicidad institucional.
Y no todo es miel sobre hojuelas. Cuando se cierran puertas por nuestras críticas y análisis sustentado, se abren otras, quienes aprecian el esfuerzo en la investigación periodística. Esto provoca la incomodidad de ciertos funcionarios, quienes se sienten agredidos por nuestras publicaciones, tratando de acallarlas, como parte de la práctica de políticos retrógradas, quienes afirman que al presionar y fomentar el miedo, es la receta para acallar a una prensa crítica.
Qué equivocados están. Los lectores ya reconocen la labor de un grupo de periodistas independientes, quienes aún cuando sufren golpizas, robos a sus casas y negocios, además de una recrudecida vigilancia en teléfonos y celulares, continúan agendando los temas principales, con el análisis crítico y sin maquillajes.
Cuántos periodistas tienen miedo, de retomar temas del crimen organizado o de seguridad estatal y nacional. Ningún comunicador está seguro en México y mucho menos en Veracruz. El Gobierno Estatal no da la seguridad y certeza para poder ejercer una Prensa Libre, pues su intolerancia se incrementa a medida que los problemas económicos, sociales y de seguridad han rebasado este sexenio.
La medida de presionar económicamente a los medios de comunicación será contraproducente. La libertad de informar debe ser libre, pero también recordemos, que todos tenemos el mal hábito de comer, por lo menos una comida al día. La Prensa necesita un cambio radical y profundo. La precepción de los colegas nacionales es desconcertante. Argumentan que la actividad periodística en la provincia es pésima y nos limitamos a llevar la información de manera superficial, sin hacer realizar un periodismo de investigación. No damos continuidad a la nota. En la Internet, la exclusividad y premura, provoca inconsistencias y en muchos de los casos, graves equivocaciones mediáticas, tergiversando la información y el cruce de ella, se corta.
Debemos detenernos y pensar, hacia dónde vamos y cómo queremos ser catalogados. Como un mercenario, servilista o institucional… O si mejor, queremos tener el reconocimiento de la ciudadanía. Lo que se diga y exprese, sea el parteaguas de la información veraz y oportuna. Fomentemos el debate, la crítica y el diálogo. Debemos cambiar, para que la actividad de periodista sea respetada y no, ser sinónimo de “Prensa vendida”…

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