viernes, 17 de junio de 2011

Síndrome del avestruz

Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción

Lo peor que puede hacer una autoridad, llámese presidente, gobernador o alcalde, es esconderse y no dar la cara a los ciudadanos.
Hace tiempo, durante la administración de Miguel Alemán Velasco, cientos de campesinos se manifestaron en los alrededores de Palacio de Gobierno. Pedían, exigían ver y hablar con el gobernador. Luego de permanecer varias horas en las calles sin recibir respuesta, comenzaron a gritar: “¡Alemán cobarde!”, “¡Alemán cobarde!”.
En aquella ocasión, esa frase fue tomada por el subdirector del diario Política, Salvador Muñoz Mora para encabezar la nota principal, la nota de portada. El director, don Ángel Leodegario Gutiérrez Castellanos sabía que esa nota era la “princesa”, la de “ocho columnas”. Y la aprobó. Al día siguiente no se hizo esperar la respuesta oficial. Tocó a don Arturo Reyes Isidoro, en su calidad de jefe de Prensa, enviar una carta donde exponía que el título o cabeza de esa nota había sido un exceso.
En fin, que esta anécdota viene a colación por las varias manifestaciones que se han presentado y las autoridades –no los subordinados– no han dado la cara a los ciudadanos inconformes. Y si no dan la cara, será porque tienen mucho trabajo o porque carecen de la capacidad y el valor para afrontar su responsabilidad.
Parece que sufren o padecen del Síndrome del Avestruz. Le explico: cuando se presenta una dificultad, un problema o un enemigo, el avestruz mete la cabeza en la arena y de esa manera cree que la dificultad o el problema no existen. Así pasa con nuestras autoridades.
Un ejemplo reciente es lo que sucedió ayer. Resulta que a las 10 de la mañana estaba programado un evento en las instalaciones de AGUA, a donde acudiría la presidenta municipal Elízabeth Morales García, sin embargo, desde temprana hora ex trabajadores de lo que era la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS), ahora Administración, Gestión y Utilización de Agua (AGUA), se manifestaron a las afueras de ese organismo para solicitar sean reinstalados en sus empleos.
Ante eso, la alcaldesa de la “Bella Xalapa” coincidentemente no llegó y mandó en su representación al regidor Bolívar Arias Olguín y al director de AGUA, Guillermo Hernández Viveros.
Como el avestruz, las autoridades se esconden, rehuyen, evitan. Esa postura no cambiará, desaparecerá o resolverá los problemas que aquejan a la ciudad y a los ciudadanos. Por el contrario, lo único que están provocando es un mayor desencanto, más inconformidad. La desilusión, el coraje y el dolor de los ciudadanos se verá reflejado en las urnas el próximo año. Año en el que el PRI busca regresar a Los Pinos. Pero con este tipo de autoridades, flaco favor le harán al partido y a sus candidatos. Al tiempo.

enriquepompeyo@hotmail.com

No hay comentarios: