viernes, 8 de julio de 2011

Diálogo y tolerancia: la mejor fórmula

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

En los últimos años de su vida, mi abuelo solía sostener un soliloquio permanente y con nadie hablaba, salvo con su nuera (mi madre) y conmigo. Recuerdo que cuando me le acercaba, él dejaba a un lado su soliloquio, y nos pasábamos horas conversando, platicando de esto y de lo otro, para finalmente despedirnos con un “Nos vemos mañana”. Era reconfortante, saber de su vida y que supiera de la mía. Así, sin querer queriendo, nos entendíamos y nos apoyábamos en nuestros problemas, ansiedades, deseos e ilusiones, salvando la diferencia de edades y de vez en cuando tolerando nuestros desacuerdos y pensares.
Bien dicen que hay que dialogar, porque algo se aprenderá. También dicen que el dialogo es el mejor arte en una sociedad, sin él no existiría. Por supuesto, porque el mejor camino para solucionar problemas y arreglar errores es el diálogo. No veo como hemos llegado hasta el siglo XXI, si no es por el diálogo, aunque en muchas ocasiones no haya sido así. Diálogo y tolerancia: la mejor fórmula para el desarrollo de la Humanidad, pero qué tristeza, coraje e impotencia causa que eso muchas veces no se dé.
En su articulo “Diálogo y crisis: Notas para una reflexión”, Juan Carlos Herrera sostiene que “concebimos al Diálogo como un proceso de generación de sentido y de construcción de significados comunes entre actores individuales y colectivos. David Bohm define al Diálogo como "una corriente de significado que fluye entre, dentro y a través de los [actores] implicados… y este significado compartido es el aglutinante, el cemento que sostiene los vínculos entre las personas y las sociedades." El diálogo, dice también: "proviene de la palabra diálogos cuyo prefijo , no significa dos sino ".El Diálogo, entonces, es el resultado de un proceso de cooperación y de trabajo conjunto para construir un significado común a los interlocutores”.
Juan Carlos Herrera ahonda: “El Diálogo no es un ejercicio contemplativo sino generativo; en consecuencia, existe diálogo cuando ese significado compartido logra transformar el pensamiento colectivo. (…). En consecuencia, nuestro objetivo no es dialogar en el sentido de intercambio de información, sino transformar a través del diálogo; es decir, de la construcción de nuevos significados que integren expectativas diferentes y aun contradictorias. Tal es el desafío que aparece en la superficie del proceso del diálogo en nuestra sociedad”.
Por eso celebro el diálogo sostenido entre el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezado por Javier Sicilia y el presidente Felipe Calderón. Ojalá no se convierta con el tiempo en un soliloquio de dos o diálogo de sordos. O que el gobierno tome la actitud de “Ni los veo ni los oigo”. Sería atroz, más de lo que ya es.

De cinismo y anexas

Hablando de diálogo, ahí les dejo esta: “Llega un tipo bien borracho a las 3:00 de la madrugada a su casa, mete la llave despacio sin hacer ruido para no despertar a su mujer; pero la mujer lo estaba esperando y cuando el beodo abre la puerta, la esposa enciende la luz. El borrachín al verse descubierto le dice:
"¿Qué?"
"¿Qué de qué?", le replica la esposa.
"¿Qué de qué o qué?"
"¿Qué de qué o qué de qué?"
"¿Qué de qué o qué de qué o qué?"
"¿Qué de qué o qué de qué o qué por qué?"
"¿Qué de qué o qué de qué o qué por qué, qué?"
"¿Dónde andabas?"
"¡No, no, no me cambies la conversación!"

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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