lunes, 4 de julio de 2011

Gasto excesivo en el Senado

Sergio R. Vaca Betancourt

El edificio en que hasta este año ha funcionado el Senado es antiguo y pequeño, se localiza en Xicoténcatl No. 9 del Distrito Federal, a 3 o 4 cuadras del Palacio de Bellas Artes. Como además ya no era funcional, necesitaba otra sede.
Debido a que en la construcción del “nuevo Senado” hubo errores, demoras y gastos innecesarios, su costo fue de 3,415 millones de pesos, cantidad que nos ofende a la mayoría de los mexicanos.
La planeación de la nueva sede comenzó en 1994, cuando el Lic. Carlos Salinas de Gortari era Presidente de la República, creándose el fideicomiso federal 1705 con 39 millones 421 mil pesos.
Primero se adquirieron 7 terrenos cerca de la antigua sede, en los que realizaron trabajos de perforación para la cimentación. En el año 2000 se pidió a la UNAM que estudiara si esos predios eran la mejor opción para construir el nuevo edificio, lo que hizo a través de la Facultad de Arquitectura, quien opinó que no por diversas razones de carácter técnico, sugiriendo se hiciera en el Paseo de la Reforma y la Av. Insurgentes.
Entre 2001 y 2003 se compraron 10 terrenos (con superficie de 9,000 m2) en el sitio propuesto y hubo un proceso para encontrar el mejor proyecto, por el cual se pagaron más de 30 millones de pesos. Al presentar la maqueta del futuro recinto en noviembre 22 de 2006, los Senadores afirmaron que costaría 1,500 millones de pesos y se haría en 2 años. La construcción empezó hasta diciembre de 2007, consta de 16 pisos, se le tuvieron que hacer 12 adecuaciones por diversas causas y no fue terminada en el plazo de 2 años. Por la demoras no se pudo inaugurar en abril de 2010, como se programó, para que formara parte de los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana.
Aunque en noviembre 18 de 2010 se publicó en el Diario Oficial de la Federación un decreto del Senado incorporando la nueva sede al Recinto Senatorial, todavía no estaba concluida, y a pesar de que en esa fecha 70 Senadores aprobaron el dictamen que señalaba que esa obra se apegó al Programa de Modernización Administrativa y Planeación Estratégica, lo cierto es que tenía muchas deficiencias.
Se inauguró formalmente en abril 13 de 2011 y no obstante su elevadísimo costo, las fuertes lluvias que cayeron en los últimos días de junio sobre el Distrito Federal evidenciaron que no se construyó bien, porque:
1.- En 5 pisos (sótano 1, sótano 2, planta baja, primer piso y segundo piso) del edificio donde están las oficinas de los Senadores hay goteras, los plafones se deterioraron y mancharon.
2.- En la recepción, que está ubicada en la planta baja cuyo acceso es por la calle de Madrid, también hay goteras.
3.- Para evitar los encharcamientos los encargados de la limpieza colocaron botes de pintura vacíos y cubetas para recoger el agua.
4.- Trabajadores de la empresa constructora se dedicaron a colocar plásticos sobre los pisos para que no se ensuciaran y a retirar los plafones dañados por las goteras.
5.- Parte de la alfombra instalada en el Salón de Plenos se mojó y echó a perder. Hubo que cambiarla.
6.- El sistema de aire acondicionado no se puede controlar, enfría demasiado y parece congelador. La instalación eléctrica, el servicio telefónico y la conexión a Internet dejaron de funcionar por las lluvias Y LA PLANTA DE LUZ NI SIQUIERA ARRANCÓ.
¡QUE VERGÜENZA! ¡QUE DESPILFARRO! ¡QUE IRRESPONSABILIDAD!

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