Tiempo de despertar

Fernando Hernández Fernández
El Marcaje

Días de descanso con la expectativa que al término de éstos las cosas cambiaran para bien, que todo pareciera un mal sueño y nuevamente se pudiera hablar de temas “normales” y no de violencia, pero al despertar de este sueño la realidad me alcanzó y veo que las cosas sí son como me las pintan y me las han pintado en los recientes meses, inclusive, hasta peores.
Ni hablar.
Y en el deporte creo que es tiempo también de despertar, porque ya pasó el periodo de la Olimpiada Nacional y es tiempo de darse cuenta que falta medio año, o sea no crean que en la primera semana de junio se acabó la actividad del IVD, porque también está la Paralimpiada, donde la entidad nuevamente se ha visto dominante.
Sin embargo, en lugar de pensar en el futuro como estado, como equipo, como ha dicho el gobernador Javier Duarte de Ochoa, muchos de sus empleados no consideran esto y prefieren estar “plazeando”, en plena campaña, por una silla maldita, pero ansiada, como la del Instituto Veracruzano del Deporte.
Más allá de eso, deberían estar pensando en qué errores se cometieron en el ciclo que recién termina y no pidiendo la cabeza de Rafael Cuenca Reyes, el actual director, porque él aún está en funciones y viene el periodo de revisiones a cada Asociación, ver qué resultados dieron, si valió la pena la inversión hecha, con miras a la presentación del siguiente Programa Operativo Anual.
Recuerdo que en antaño todo eso era público, de un tiempo a la fecha se han vuelto más discretas; de hecho, hasta el momento, no se ha dado la presentación ante la opinión pública de lo hecho en la competencia infantil y juvenil; más allá de la tradicional comida con los reporteros, informar qué pasó, qué aciertos, qué yerros, que se dé la cara en todas las áreas, no sólo que la ponga el director.
Porque hay responsabilidad mutua, saber qué hicieron los subdirectores, la secretaria técnica, los metodólogos, nutriólogos, psicólogos, los capacitadores, absolutamente todos; porque en caso particular, varios elementos que me tocó ver en Boca del Río y Mérida ni un lapicito o papel en la mano para anotar lo que veían de los chamacos.
¿Así trabaja un metodólogo? Pues qué buena memoria. Ojalá me pasen su secreto, porque a mí sí luego se me va el avión. Pero qué puedo decir, si la jefa de esa oficina, Liliana Allen, se moría de flojera en la primera etapa de los clavados en Leyes de Reforma, justo cuando estaba la competencia de Samantha Jiménez, a la postre ganadora de oro; me causó gracia que la nacida en Cuba se paró, como si tuviera un resorte en el trasero, cuando vio llegar a Fallo Cuenca a la zona de gradas, y le platicó de una competencia que ni siquiera estaba viendo, por atender una llamada en su móvil.
También tenemos gente como Artemio Valero, que se hizo de muchos detractores tras su lamentable accionar como jefe de misión en la Olimpiada Nacional, porque no es de ahora que no tiene don de gente; además, me quedé con la espinita de duda al nunca ver la lista pública de becarios que hay en el deporte veracruzano, algo que Nora Maldonado debería presentar, aún es tiempo, por aquello de las malditas dudas que esa área generó en el pasado con gente que recibió dinero sin mérito alguno.
Ojalá no se les olvide que faltan muchos meses para el fin de año y que la Olimpiada Nacional no hace todo el deporte de Veracruz; además de que confío en que sí se les pagará las becas pendientes a los jóvenes, aunque a muchos, pero muchos, se les debe prácticamente todo, porque es una mentira que se haya cubierto este pasivo que viene desde mediados del 2010.
Ah por cierto, ojalá alguien me pueda explicar por qué el encargado de la oficina de Normatividad, Carlos Barcelata Lagunes, es quien convoca a las reuniones de análisis con las Asociaciones, quiero pensar que le hizo el favor a alguien más, porque nadie me saca de la cabeza que tiene hartos deseos de ocupar la silla del director o, por lo menos, ser el poder tras el trono.

Hasta la vista.

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