La desunión xalapeña

Fernando Hernández Fernández
El Marcaje

Xalapa se caracteriza por ser una ciudad cultural, artística, llena de académicos y donde radica la clase política de alta jerarquía de la entidad.
A pesar de esto, en el plano deportivo, la llamada Atenas Veracruzana tiene como principales características la desunión, la envidia, el bloqueo, entre otras situaciones negativas que impiden un desarrollo exitoso de los atletas.
Al escribir estas líneas los Búhos de Xalapa aún no comienzan su undécima temporada de la Tercera División profesional, y más allá del resultado contra los Lobos BUAP ojalá le vaya bien para que la afición vuelva al Quirasco y apoye más el futbol.
En los casi nueve años que llevo en este negocio, me ha tocado ver generaciones de jugadores en ese equipo que pudieron tener un futuro mejor que terminar en torneos llaneros limosneando unos pesos, además de tener un representativo local que diera miedo en la mínima de ascenso.
Sin embargo, las envidias impidieron esto, ya que en lugar de unir fuerzas las directivas xalapeñas con posibilidades de trabajar en la Tercera División prefirieron dividirse en tres partes, cada una con elementos talentosos más otros picapiedas; el ya desaparecido Inter fue el más cercano a conseguir el ascenso, pero se topó con un rival demasiado fuerte como los Picudos de Manzanillo y el sueño terminó.
¿Qué hubiera pasado si ese equipo se hubiera unido con los Búhos y los entonces Linces del IVES?
Seguramente la ciudad hubiera tenido un tremendo representativo, pero se eligió el otro camino, el de demeritar el trabajo de unos y otros, el pararse el cuello con acciones de vanidad, el trabajar por ego y no por acciones deportivas; en fin.
Hoy sólo quedan los Búhos y no porque sean mejores que las otras dos organizaciones, sino por el respaldo que consiguió, pero hoy al ver a ese club lo vemos muy limitado, porque esas envidias y detrimentos se trasladaron a los semilleros, las escuelas que podrían nutrir a un “primer equipo”, pero que acaparan a sus chamacos como si fueran una mina.
Tampoco los emplumados han hecho como para ganarse la confianza de más gente, y creen que el sueño de construir un estadio de primer mundo será la solución. Eso es ahora, mientras don Carlos Ferráez está a muerte con el equipo, pero si el equipo sigue sin cosas positivas, como en los recientes dos años, ¿será que se siga contando con el impulso del empresario radiofónico?
En fin, los Búhos y el futbol de la ciudad es un ejemplo más de situaciones similares que hay en la ciudad, como el futbol americano, la lucha olímpica, la lucha libre, el baloncesto, el voleibol, y una lista que podría crecer más.
Si realmente los xalapeños tuviéramos la cultura de la que presumimos, en el plano deportivo otro gallo nos cantaría y se podría estar en niveles superlativos a nivel nacional, porque la mediocridad de los logros estatales es lo que satisface a varios dirigentes.
En fin.
Hasta la vista.

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