lunes, 21 de noviembre de 2011

Pitos y pistolas

Salvador Muñoz
Los Políticos
Gráfica: fotoxalapa

Si ya nos traban con el pito, pues con más razón con la pistola.
Así de simple pareciera ser el primer razonamiento en torno a la propuesta de Carlos Demuner Pitol para armar a los agentes de Tránsito del Estado de Veracruz.
Bueno, pero ahora, con la otra propuesta, la del Gobernador, porque Tránsito del Estado pase bajo las órdenes de Seguridad Pública, las cosas cambian.
Eso sí, no sé si para mejorar o empeorar.
Por ejemplo, difiero de lo que habla el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza (“Los agentes de Tránsito serán capacitados en el manejo de armas”), por una simple razón. Insisto: Siempre todo bajo un razonamiento simplista:
¿Qué es más fácil? ¿Enseñar a los Policías a soplarle al pito o a los agentes de Tránsito a usar una pistola?
Puede que se le haga tremendo albur esto pero no... tiene una implicación con un costo nuevamente político que no se percibe o no se permite percibir como cuando pasó Tránsito municipal y la Polícía Intermunicipal a manos de Gobierno del Estado...
¿Cuántos desempleados habrá en esta ocasión?
Digo, porque si yo fuera Bermúdez, prefiero capacitar a los pocos policías que tengo como agentes de Tránsito a tener que capacitar a los “tamarindos” en el manejo de armas que implicaría un gasto más elevado porque tienen que hacer examen para entrar a la Policía, que la prueba de confiabilidad y demás pormenores que se encuentra uno...
Vaya, tendría dos en uno... ¡más cobertura de servicio con el mismo personal!
Así que, como ocurren las cosas en el Congreso del Estado, en más pronto que rápido se habrá de aprobar la propuesta del Gobernador y tendremos una nueva forma de referirnos a los “cuicos”: Policías de Seguridad Pública y Tránsito del Estado.
Y creo que la mejor prueba de lo que vendrá ocurrió ayer en algunos puntos de la ciudad capital, cuando elementos de la Marina, del Ejército y dicen que de la misma Seguridad Pública (no me consta), revisaban de pies a cabeza a cada taxi que pasaba por su aduana.
Un amigo taxista me llamó y me preguntó si sabía el motivo de la revisión y le respondí que no. Lo único que pude recomendarle fue, en caso de que le pidieran revisión, aplicara para sí, un dicho: El que nada debe, nada teme.
Y es que en estos momentos, difícilmente un agente de Tránsito puede pedir alto a un conductor y que éste le haga caso. Mucho más complicado que el referido “tamarindo” pida los documentos y que además, cuente con un equipo de cómputo que le indique si la unidad bajo observación es robada, en qué condiciones y de dónde es, como tal sistema tienen algunas patrullas de Seguridad Pública.
Es más: Los agentes de Tránsito no pasan de ser para un buen grueso del ciudadano, “viles mordelones” que buscan cualquier pretexto para sacarte para el “chesco” y por lo mismo, no emanan Autoridad.
Cosa contraria podría ocurrir cuando uno de estos futuros Policías haga el alto, te pida documentos, incluso hasta una revisión de rutina, eso sí, con tremendo pistolón en cintura o con una o más “parejitas” (como se dicen entre ellos) con armas largas como queriendo apuntar hacia ti... ¿cómo podría decirle que no a un cumplido servidor público en esas condiciones?
¡Ah, pues de una manera simple! Tendría que ser político, periodista o maloso...
Así que, ya sea con pito o con pistola, el ciudadano habrá de ver el cambio que se suscite en nuestra policía de Seguridad que habrá de fusionarse con agente de Tránsito... una especie de “Tamarin-cuico”... claro, claro... todo en aras de nuestra propia seguridad...
Al tiempo...

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