domingo, 1 de julio de 2012

Y después de votar...

Salvador Muñoz
Los Políticos

Y después de votar... esperar...
Vamos camino por la despensa... ¡No! ¡no! ¡no! de esas “despensas” no... sino las que cuestan lana, money, marmaja, cash, dinero... no votos. Casi en la esquina de Encanto sobre la calle de Magnolia, tenemos un obstáculo verde... durante la noche, hemos de suponer, se desgajó enorme rama que obstruye el camino... nos tuvimos que bajar al arroyo vehicular.
Al dar vuelta a la esquina, encontramos algo sencillamente maravilloso que no dejaba de sorprendernos: el activismo de la gente... eran las 8:30 horas y la fila se dejaba alargar cual gota de parafina escurriendo por la vela...
Pasamos a Walmart y compramos, qué será, como unas seis u ocho bolsas de despensa (la que cuesta dinero, no votos) ¿y cuánto cree que pagó su servilleta? ¡Casi mil cien pesos!
Realmente estaba espantado... me dice la señora que subió en los últimos cuatro años un 40% los insumos de la Canasta Básica.
Y después de la despensa... la gorra, la camisa, los 500 pesitos o los mil pesitos, dependiendo... ¡ah! pero ésa no era nuestra despensa...
¡Y ahí vamos con la despensa... la que cuesta dinero, no votos!
La fila de ciudadanos había aumentado... la participación era buena para las cerca de las 9:15 horas. Llegamos a casa y tras hacer una que otra cosa pendiente, salimos con rumbo a la casilla acompañados del fiel Harry (estoy seguro que fue a depositar su sufragio por el Partido Perruno a favor de Elektra I, una perrita que hizo campaña en el facebook y es orgullosamente xalapeña).
Llegamos a la casilla 1950 y vimos una fila considerablemente larga así como a vecinos ya conocidos, otros no tan conocidos y nuevas amistades, de ésas que se dan entre plática y espera. Claro que fue grandioso ver al “señor Tommy” (ya he platicado de que identifico más a la gente por el nombre de sus mascotas que por sus propios apelativos y apellidos) quien con sus largas barbas albas, bermudas y camisa tropical me recordaba al Maestro Roshi, de “Dragon Ball Zeta”. O qué decir de “Chaleto”, otro símil del Maestro Roshi pero morotizado. Llegó en una potente moto que conformaba una aleación poderosa con sus botas, pantalón y chamarra de cuero y unas barbas similares a las del “señor Tommy”.
Casi una hora bajo el sol... pero hombre precavido vale por dos: gorra y lentes oscuros que cayeron cuando pasé a votar... las damas presentes en la casilla pidieron que me las quitara. Vieron mi credencial y alzaban la cara para observarme.
—No se parece...
—Claro... el de la foto es más guapo— les dije.
—Al contrario— respondieron con dejo de coquetería haciendo que los colores se me subieran... tomé las boletas y pasé a marcarlas...
Salí, recogí mi credencial y ¡¡¡a desayunar!!!
Y después de votar... esperar...
Son casi las siete de la noche... mientras, nos “chutamos” la señora, Harry y yo, “Alien, el octavo pasajero”, ante mi insistencia para que mi esposa entendiera “Prometheus”. Un día antes la fuimos a ver. Le decía a Brenda lo maravillado que estaba de ver una película que me transportaba a 1980, cuando la fui a ver.
Y después de ver “Alien”.... esperar...
Entonces vino la traición de mi mujer justo en la final de la Eurocopa... allí, acostada, en el sofá, en los brazos de Morfeo mientras se concretaba una goliza de España sobre Italia.
Y después de la Eurocopa... esperar...
Entradas al facebook, a los diversos medios de información, al correo... que las casillas especiales los sacaron de sus casillas... que el acarreo de gente... que las mentadas a Peña Nieto y Joaquín Coldwell por no hacer fila... en fin...
Al final de esta jornada, a partir de mañana, ya no debemos esperar... gane quien gane... triunfe quien triunfe... será momento de que cada ciudadano asuma su papel de gobernante al lado de su representante, llámese Diputado federal, senador, presidente, alcalde, legislador local... es tiempo de que retomemos las riendas del poder... porque después de las elecciones ya no hay más que esperar, sino actuar.

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