lunes, 19 de noviembre de 2012

La herencia histórica de Felipe Calderón

Raúl Abraham López Martínez*
Coyuntura Política XXI

Nos encontramos a unos días de atestiguar la salida de Felipe Calderón Hinojosa de la residencia oficial de Los Pinos. En estos seis años, Felipe sembró lo que a partir de este momento se identifica como su herencia histórica. Felipe, el segundo presidente emanado de las filas del Partido Acción Nacional, deja un país hundido en un charco de sangre, un país dividido entre la opulencia de unos cuantos y la miseria de una mayoría.
Soy de los que opinión que Felipe fue un genuino usurpador, y en esta estratagema, contó con el apoyo de Vicente Fox aunado al respaldo del gobierno de Estados Unidos.
Desde esta óptica, del apoyo recibido por EUA, el espurio de Calderón actuó como un peón del Pentágono, que a cambio de expandir el intervencionismo militar del Tío Sam en territorio nacional, Felipe se benefició con el reconocimiento de su gobierno y el apoyo militar sintetizado en la Iniciativa Mérida.
En el abandonó quedaron sus propuestas de campaña, el autonombrado candidato del empleo, al no verse favorecido por el voto de los ciudadanos, mostró su verdadera careta de autoritario y represor.
Esta es la verdadera historia de Felipe Calderón, la historia de un personaje con problemas de alcoholismo, quien al ver que el resultado electoral del año 2006 no le favorecía decidió acceder al poder recurriendo a un golpe de Estado Electoral.
Este golpe de Estado Electoral tuvo dos impactos inmediatos; detuvo el posible ascenso a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, y de paso, convirtió oficialmente a México en el patrio trasero del gobierno norteamericano.
Degradando la investidura presidencial al de un empleado de la Casa Blanca, vulnerando por completo la soberanía de la nación.
La aceptación intervencionista de EUA disfrazada de una supuesta guerra contra el narcotráfico, trajo consigo una escalada de asesinatos en contra de defensores de derechos humanos, de periodistas y del feminicidio. Detrás de estas atrocidades, se encuentra la posibilidad de que Calderón haya aplicado la reciente actualización del manual de contrainsurgencia, editado por EUA, con la intención de amedrentar a la sociedad civil.
Que bueno que Manuel Gómez Morin, ex rector de la UNAM y fundador del PAN, no llegó a conocer de las atrocidades del panismo encarnado en Felipe. Calderón y sus aliados, nos han demostrado que el supuesto humanismo y el respeto a la dignidad de las personas que tanto pregona el PAN, en los hechos significan pura mierda.

*Analista político y Director de la Revista Digital Independiente Voz Universitaria

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