miércoles, 27 de marzo de 2013

Renato, su licencia y sus pecados

Roberto Morales Ayala
Zona Franca

Renato Tronco Gómez trae sobre sus hombros algunos pecados mayores: su evidente enriquecimiento, una estela de arbitrariedades y corrupción, la impunidad con que insulta al pueblo y el crimen del regidor en su primera presidencia municipal y acérrimo crítico, el profesor rural Alfredo Pérez Juárez. Y así, con semejante carga, quiere ser diputado.
Su caso se actualizó con la solicitud de licencia al cargo de alcalde de Las Choapas, su posible candidatura bajo las siglas del PRI y la andanada que la prensa xalapeña le soltó al presidente de la Junta de Coordinación Política, Flavino Ríos Alvarado, por la incongruencia de premiar los desmanes de Tronco, lo abusivo que ha sido y hasta cuentas pendientes con la justicia. 
Flavino Ríos tuvo un día negro. El lunes le llovían las preguntas. Agudos y puntillosos, los reporteros cuestionaban las claras huellas del enriquecimiento inexplicable de Renato y hasta la protección que le da el fuero para no responder por el crimen del regidor panista Pérez Juárez.
Flavino, un político experimentado, tragaba saliva. Justificaba con argumentos extraídos de la chistera de un mago. Recurría al discurso megalómano de los priístas que apelan al “buen desempeño” de sus hijos pródigos. O simplemente, optaba por callar, sumirse en el silencio de la rendición. ¿Cómo defender a Renato, que es la oveja más negra del rebaño priista?
Flotaba en el ambiente, la calidad moral de los ediles que deseaban ausentarse del cargo para aspirar a una diputación. Renato Tronco, quizá el más cuestionado, ponía en evidencia el descaro del PRI para escoger a sus candidatos, ya que sobre él pesan acusaciones formales y denuncias hasta de un crimen.
“Ya parece reina del carnaval en Las Choapas”, le dijeron los reporteros refiriendo que el costo sería muy alto para el PRI. Y Flavino calló. Le recordaron el crimen del regidor panista Alfredo Pérez Juárez. “¿En qué período fue eso?”, repreguntó Flavino cuando él conoce perfectamente vicios y andanzas de los políticos del sur de Veracruz. Le insistieron que cómo lo podía postular el PRI. Y entonces se tragó la lengua.
Fue, repito, un día para no olvidar. Flavino Ríos decía que el PRI postulaba a sus mejores cuadros, los más rentables. Y entonces le reviraron que si Renato era rentable. Exaltó el supuesto trabajo político de Tronco como alcalde de Las Choapas. Lo atajaron al señalarle que Renato saca provecho personal de los recursos y obras municipales al asignarlas a empresas ligadas a socios y familiares. “De eso yo no sé”, respondió.
Flavino insistía en que el PRI postula a los hombres más capaces. Un reportero le contradijo: “A los más mañosos”. El diputado minatitleco esgrimió: “A la gente más preparada, capaz, que maneje los recursos con transparencia y con honestidad”. Y otro reportero replicó: “¿Y a poco Renato está preparado?”. Flavino cedió. “De eso yo no opino”.
Es indefendible Renato Tronco. Ni un diputado de las polendas de Flavino Ríos, ex secretario de Gobierno de Veracruz, ex director de Acción Social, dos veces diputado local, líder del Congreso, pudo lavarle la cara. Sus deudas con la justicia y su abusiva forma de gobernar, amén del enriquecimiento escandaloso en que ha incurrido lo hacen vulnerable y su candidatura, un capricho absurdo de quienes prefieren encubrir a quien trae deudas con la ley en agravio de la sociedad.
La fragilidad de Tronco es tan evidente como sus mañas para robarse una elección. No hay priistas que lo avalen, ni que lo acuerpen, ni que lo idealicen. El verdadero PRI de Las Choapas lo ve como un advenedizo que cuando pudo los maltrató y al que tienen que soportar porque Fidel Herrera lo impuso como candidato a la alcaldía y porque el gobernador Duarte no sabe qué hacer con él.
Pero no sólo el priismo de Las Choapas lo ve como un candidato defectuoso. Los priistas del distrito XXX, los de Agua Dulce, Nanchital, Ixhuatlán, Moloacán y parte de Coatzacoalcos, le saben sus pecados y simplemente no lo aceptan. De ahí que Renato ande buscando la salida fácil: ser postulado por el Partido Verde, que le ha servido para ser la comparsa del PRI.
El hecho es tan ilógico como aberrante. Renato Tronco ha sido un enemigo del medio ambiente, un ámbito que es la columna vertebral del Partido Verde Ecologista de México. A Renato le da lo mismo tener el municipio lleno de basura que permitir que la gente cree basureros clandestinos o él mismo girar instrucciones para que se depositen los desechos de la ciudad en cualquier terreno, incluso los que están cerca de escuelas y viviendas.
Bajo su administración, en Las Choapas se observan ríos contaminados con basura, lirio acuático, desechos domésticos, animales muertos, residuos de sangre de animales que son sacrificados en rastros clandestinos. La ciudad misma está atestada de basura porque los camiones recolectores no cubren las rutas, en primera porque no hay suficientes unidades, y en segunda porque las que realizan la tarea de recolección a menudo están descompuestas por falta de mantenimiento preventivo. Y qué decir de la plaga de perros que recorre las calles, porque no hay programas municipales ni una perrera para controlarla.
¿Qué clase de candidato del Partido Verde Ecologista, aliado con el PRI, sería Renato si en los hechos agrede al medio ambiente?
Dice el diputado Flavino Ríos que Renato ha tenido un buen desempeño como alcalde. Las evidencias apuntan en otro sentido. Renato ha enriquecido, carece de moral, atropella al pueblo y lo reprime.
El gobernador Javier Duarte de Ochoa pregona que en Veracruz hay seguridad y hay justicia. Eso es discurso y discurso hueco.
Lo que ha hecho Renato Tronco es un mentís a ese estado de bienestar que tanto pondera el gobernador, pues en un estado ideal no tendría cabida quien abusa, quien se enriquece y lo justifica diciendo que todo lo atesorado —y que son muchos millones— se lo ha ganado con el sudor de su frente, quien está acusado por la Procuraduría de Veracruz de ser el que ideó y ordenó el crimen del regidor panista Alfredo Pérez Juárez, quien transgrede las leyes, lo mismo la que norma su actuar como presidente municipal que las de carácter ambiental pues instala basureros sin autorización del gobierno federal, o quien lucra con las inversiones de Petróleos Mexicanos en el municipio, regentando las plazas de trabajo o rentando sus propiedades a las contratistas petroleras.
Si fuera como el gobernador Javier Duarte dice, Renato Tronco y muchos más estarían sujetos a juicio. Si Veracruz estuviera gobernado por la justicia, el alcalde de Las Choapas estaría sentenciado o en la cárcel.
Pero no, en el estado ideal del gobernador Javier Duarte, Duarte no le rinde cuentas a la justicia. En cambio, el PRI lo postula para ser nuevamente diputado.

(romoaya@gmail.com)(@moralesrobert)





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