martes, 2 de abril de 2013

Obras, Tránsito y Ayuntamiento

Salvador Muñoz
Los Políticos

La noche del lunes, mero enfrente de Palacio Municipal, se me ocurrió darle el paso a un carro. Paré, hice cambio de luces, y apenas se iba incorporando la unidad a mi carril, cuando un sorpresivo golpe por la parte de atrás, me avisaba que había sido alcanzado por otro vehículo. A través del retrovisor vi a un taxista con cara de compungido. Me bajo para ver si había algún daño y el taxista emprendió la graciosa huida. Una cantidad de claxonazos me hicieron coro y me tuve que retirar.
Hace algunos viernes, sobre la calle Constituyentes, a casi 50 metros de incorporarme a la avenida Chedraui Caram, cedí el paso a otro carro para que entrara a mi carril. Eso fue suficiente para que un VW sedán negro que iba atrás de mí, diera violento arrancón y me aventara el carro. Como el conductor quedó cerca de mi moto, le increpé si estaba loco, pendejo o qué. Su mano se movió hacia la altura de la cintura y opté nada más por mentarle la madre y emprender graciosa huida... las ventajas de la moto.
¿Se acuerda de la Ciclovía?
Leí la amenaza de un tipo que advertía a los ciclistas que les echaría el carro encima si se encontraba con ellos en su camino. Dicen en las redes sociales que el Ayuntamiento debió anunciar el uso de dicha ciclovía... no lo creo... sencillamente, muchos conductores no tienen respeto al peatón, al ciclista, al motociclista y mucho menos a otro conductor...
¿A qué voy con todo esto?
Que puede que se haga un Plan de Movilidad Urbana o puede que se arreglen calles y avenidas al por mayor, pero si no se tiene un mínimo de educación vial, la inversión que se aplique en la ciudad, sencillamente valdrá madres. Pero eso es sólo un paso... la educación vial.

II
En la unidad de Jardines de Xalapa, justo en el cruce de las vías del ferrocarril, se encuentran las calles de Huizache así como su “privada”. También la calle Díaz Ordaz que lleva al Sumidero y una rúa más sin pavimentar que está pegada a las vías férreas. Hablamos de cuatro calles que desembocan para salir en dos carriles hacia Pípila. Es decir, es un cuello de botella, cuello por cierto que estrangula todos los días el cruce de vías porque he contado hasta siete carriles tratando de salir en dos hacia Lázaro Cárdenas o hacia el centro. Créanme que la educación vial o el uno-por-uno y hasta la cortesía desaparecen para dar lugar a una “Ley de la Selva... ¿o de concreto?”
Cuando el Ayuntamiento de Xalapa inició los trabajos de pavimentación de Huizache así como de su “privada”, quienes por allí transitamos, pensamos en que se iba a liberar el tráfico, dando fluidez sobre la Avenida del Café, obra que tendrá más o menos un año de haberse inaugurado.
Hoy, ya sea en la mañana, en la tarde o en la noche, con sus horas pico, nada ha cambiado... sigue el mismo estrangulamiento sobre el cruce de las vías del tren.
¿Qué ocurre? Que las obras que ha hecho el ayuntamiento sobre la calle de Huizache y su privada, así como en la Avenida del Café no dejan de ser buenas obras pero subutilizadas... bueno, no tanto... algunos vecinos han hecho de esas calles estacionamientos privados que con botes y maderos apartan lugar. Otros más osados, han hecho de los camellones de Huizache talleres improvisados, incluso uno, hasta una placa de cemento echó para que no se hunda el carro en la tierra.
La obra municipal, entonces, es claro, no sirve si no hay una coordinación entre las autoridades locales con las de Tránsito, en este caso.
Lamentablemente para los xalapeños, nuestras autoridades de Tránsito creen que su función se concentra en el centro de la ciudad y por donde va a pasar el carro del Gobernador, para que se despliegue un intenso operativo a lo largo de su camino con agentes de tránsito a pie, en moto y en patrullas... ¡ah! también suponen que su función es interferir en el trabajo de fotógrafos con manotazos y empellones. La periferia ya no es su chamba.
Así, carros sobre camellones, sobre las banquetas, apropiándose de las calles, hacen lo que se les hincha la gana... igual que nuestras autoridades de tránsito... por supuesto, no todo recae en “el picapiedra” Roberto López Santoyo (no porque sea un troglodita con la prensa, sino porque tiene cierto parecido con Pedro, el de las caricaturas), sino también en las autoridades municipales... siendo más precisos, en el regidor Omar “el Cariño” Miranda, titular de la Comisión de Tránsito y Vialidad, quien de plano, le “pedalea” mucho, pero nomás en el centro de la ciudad.
Omar Miranda inició con muchos bríos pero sería bueno que llevara sus “bicis” a la periferia, como en el punto en que concentro este tema, y viera cómo las obras de Elizabeth Morales, que no dejan de tener su importancia, son subutilizadas por los ciudadanos por la incompetencia de Tránsito del Estado y de él.
Invitaría a López Santoyo, por ejemplo, el lunes próximo, una hora, entre las 8 y 9 am, para que viera cómo se complica la vialidad en el cruce de las vías de Jardines de Xalapa... pero sinceramente, temo que se caliente y que me eche a su secre particular... pero la invitación sí la hago efectiva al regidor (está de mi vuelo, jejejeje) para que constate el desmadre que se hace y sea portador ante Tránsito del Estado de qué se puede hacer, uno: para agilizar el tránsito; y dos: darle utilidad a dos buenas obras que representan la avenida del Café y Huizache... créanme que los ciudadanos lo agradeceremos...
Por lo tanto, concluyendo: a lo mejor, antes de un Plan de Movilidad Urbana y hasta de una ciclovía, primero se debería buscar educar al conductor (y de paso al peatón); a lo mejor, cuando se haga una obra por parte del Ayuntamiento, como en este caso, calles y avenidas, Tránsito del Estado debiera supervisar, involucrarse y maximizar ésta, hasta donde se pueda. Quien quite y hasta nos ahorraríamos no sólo miles de pesos, sino alcances, estrés, mentadas de madre y lo más valioso: ¡tiempo!

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