miércoles, 15 de mayo de 2013

Gonzalo Guízar, el PAN, Coatza y el creciente olor a pato…

José Luis Ortega Vidal
Claroscuros

(1)
La contienda por el poder municipal y distrital en el Coatzacoalcos del 2013 luce deslucida.
Hasta el momento, la sucesión de Marcos Theurel Cotero en el Ayuntamiento y de José Murad Loutfe Hetty en el distrito local XXIX, parecen caminar sobre un guión debidamente elaborado meses atrás.
¿Gonzalo Guízar Valladares negoció su derrota?
¿La suya es una campaña sin precampaña porque así se planeó todo?
¿Y lo de Rafael García Bringas?
¿La salida del galeno de la dupla originalmente pactada con el abanderado panista a munícipe es parte de la misma estrategia?

(2)
Historias de esta naturaleza suelen ser escritas sobre hielo.
Nadie puede contar con una prueba porque no existen.
Son pactos secretos; acuerdos del poder; apegados a las normas de éste y a su sigilo obligado.

(3)
Lo cierto es que Coatzacoalcos luce sin acciones de peso de parte de la oposición.
Los priistas se vieron confrontados entre sí meses atrás.
Luego, los diversos grupos llegaron a acuerdos y hoy parecen apegados a éstos.
En el partido tricolor sí se notan las negociaciones y de momento sólo los frenan la Ley Electoral y la prohibición de hacer campaña en forma abierta.
La maquinaria del PRI en Coatzacoalcos se sabe aceitada; está afinada; tiene todos los elementos en la mano para una campaña eficiente.
Nomás esperan la señal de arranque para los últimos días de mayo y actuarán los encargados de medios, los responsables de la propaganda, los movilizadores de militantes y simpatizantes, las promotoras, los líderes de colonias y zona rural; el aparato jurídico y el andamiaje de operación electoral previa y aquel que trabaja el día de la elección.
Los mapaches incluidos, todo se encuentra en su lugar para evitar las sorpresas.
(4)
Como lo dicta la experiencia, los procesos electorales se manejan con dinero.
Del lado del PAN y Gonzalo Guízar no se siente el poderoso olor de los recursos financieros.
Más aún, hay antecedentes de deudas con –por lo menos- una financiera local que ha protagonizado un fraude escandaloso y sin solución cercana contra miles de familias.
Operadores del Clan Guízar se han pasado al lado del PRI, al pertenecieron buena parte de su vida.
El pacto con el PRD se ha convertido en una victoria pírrica.
La presencia de Alejandro Wong como compañero de fórmula de Gonzalo le resta mucho más de lo que pretendidamente debe sumarle.

(5)
Pueblo porteño, jarocho, el de Coatzacoalcos es muy dado al rumor, al “dicen que”, a la “grilla de café”, donde el mundo se arma y desarma en dos horas frente a un aromático.
No siempre –de hecho, casi nunca- lo que se dice en esas latitudes resulta cierto, veraz, aceptable, coherente, estrictamente periodístico.
Pero en ocasiones lo que rueda por la boca de “Juan Pueblo” suele apegarse a la verdad.
Ya se sabrá, en este caso, si los comentarios que ubican a Gonzalo Guízar Valladares con una candidatura entregada, pactada, negociada, vendida, resultan ciertos.
Por lo pronto el PAN en Coatzacoalcos –único partido opositor, porque el resto son comparsa- al igual que sus candidatos camina sobre dos patas, tiene pico de pato y se le escucha un sospechoso “cua cua”.
¿Será pato?

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