miércoles, 29 de mayo de 2013

Los clientes de Lady Senadora

Salvador Muñoz
Los Políticos

Creo que tuve mucha suerte cuando estuve del otro lado del mostrador, en cualquiera que fuera mi empleo... Fui barman, aprendiz en un taller de reparación de máquinas de escribir y hasta tendero pero nunca me encontré un cliente grosero.
Siempre le he dicho a mi familia que respete a quien nos brinda un servicio porque si bien, es un placer servir también resulta muy fácil encontrarse con un cliente “especial”.
Cierta ocasión, en una temporada invernal, me pidieron en el restaurante que ayudara en las mañanas, durante mis vacaciones escolares, haciéndola de “garrotero”, que es aquél que levanta los platos y vasos, así como cubiertos y servilletas una vez que fueron usados... en el argot restaurantero se dice “levantar los muertos”.
Sin embargo, como era tal la cantidad de comensales, tuve entrarle también de mesero y llevar una gran charola con bebidas. Al llegar a mi destino, bajo un vaso, dos, ¡y se me cae una naranjada sobre el hombro de un cliente!
El capitán de meseros me comía con la mirada mientras yo me ponía de colores con “mil perdones”. La respuesta del señor hizo que me regresara el alma al cuerpo:
–No te preocupes... el suéter es regalado y no me gusta...
Sus convidados en la mesa acabaron de reírse y lo mejor, al final, me ofrecieron una sencilla, pero significativa propina.

II
Como reportero, me he encontrado ese tipo de “clientes”, por así decirlo... una ocasión, cuando José Luis Santiago López se volvió panista, me invitó a cubrir unas pláticas que ofrecía el candidato del PAN a la gubernatura en aquel entonces. En una de ésas, llegué a un salón del Fiesta Inn de Xalapa. Me acomodé en un lugar estratégico donde pudiera tanto escuchar como ver el escenario y empecé a tomar nota de la plática del candidato. Habló de economía, de proyectos, de desarrollo y después, en un giro político a su charla, habló de los medios, de la prensa vendida, de los aduladores del poder... cuando volteo hacia él, su dedo índice me apuntaba a mí, haciéndome depositario de sus ataques contra los medios ¡al único reportero que cubría su plática! Me molesté. Recuerdo que, a pesar de mi coraje y enfado, todavía hice la nota. Estaba que me llevaba “la madre” pero me sentí satisfecho de haber descubierto, antes que los panistas y el electorado, que Gerardo Buganza Salmerón no era un sujeto de fiar... por eso está donde está en este momento.

III
Dentro de un mes aproximadamente, habremos de elegir a candidatos a diputados y alcaldes. Cuando escucho a la senadora por Quintana Roo, Luz María Beristain, reclamando un pase para abordar el avión, me da miedo votar y que llegue a la curul un diputado con las mismas actitudes que dicha “representante popular”.
Creo que es hasta cierto punto, admisible su reclamo abogando por la flexibilidad de las políticas de la empresa Viva Aerobús. Lo que creo que no se vale, es que esgrime que sea “autoridad” para que se haga efectiva la exención de la regla: “Soy tu representante en la tribuna más alta del país. Soy la persona que consigue recursos para que estemos bien acá”...
Lo curioso es que Luz María Beristain, al ser no sólo representante del pueblo, sino Empleada de los Ciudadanos, asuma una actitud arrogante y discriminatoria, junto con otra persona que la acompañaba en el aeropuerto, al cuestionar a la “otra empleada”, la de Viva Aerobús, sus estudios... hasta se burlan diciendo que de seguro estudió en Tepito... ¡vamos! En su arrebato, la Senadora cree que se trata de un complot de un partido contrario al suyo (PRD) para molestarla: “A lo mejor la señorita es de algún partido distinto al mío y encontró la oportunidad de fastidiarme. Tu actitud mija, es muy grosera, es muy grosera tu actitud”.
Lo triste es el pensamiento tan pobre de Luz María Beristain quien piensa que, al presentarse como Senadora de la República, la gente deba asumir una conducta preferencial hacia ella por el trabajo que hace: “La gente piensa: Oye, es una representante de nosotros ante el Senado, la ayudamos porque está gestionando recursos para beneficio de todos nosotros”, argumenta para que se flexionen las políticas de la empresa.
Lo que ya motiva a la risa y hace recordar al inolvidable Héctor Suárez, es la perla que se tira la Senadora cuando dice: “Por eso México no avanza. Porque le están obstruyendo el paso a una autoridad que está consiguiendo recursos para nosotros los quintanarroenses”... sí, poco faltó para que dijera: “¿Qué nos pasa?”
IV
A lo mejor el grueso de la población no entendamos las políticas de una aerolínea porque difícilmente tengamos la oportunidad de viajar en avión, pero lo que sí entendemos es que si hay reglas básicas como el que te citen a determinada hora, es por lógica, educación y respeto a esa persona o gente que te espera, que llegues puntual a la cita... se insiste: La Senadora no es en sí, una autoridad, es nuestra representante y como tal, mayor atención debe tener ella para con la gente para que ésta sea entregada en la misma proporción para sí, pero sin que ello vaya en contra de la ética, política y convicción de las personas...
Se insiste: Hoy inician las campañas para presidentes municipales... ojalá que este triste paisaje que pintó una senadora sea una advertencia para los candidatos... no nos hablen bonito, sean atentos y puntuales, porque quizás no les demos el voto, pero siempre es mejor tener el respeto del pueblo que, está visto, es su único y mejor cliente.

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