jueves, 9 de mayo de 2013

Mariana

(Lector, por error, algunos archivos fueron borrados... tratamos de recuperar la mayoría, por eso si los ves de nuevo, no creas que es una mala jugada del destino jugando con el tiempo)

Salvador Muñoz
Los Políticos

Justo en la esquina para incorporarnos a la avenida que atraviesa Jardines de Xalapa, esperamos pacientes a que un carro disminuya su velocidad y nos deje pasar... mientras eso ocurre, volteo y al igual que nosotros, pero a pie, otras personas están a la expectativa de que se haga efectiva esa frase que allá por los 90, creo, surgió en la ciudad capital: El peatón es primero... después fue parodiada por “el panteón es primero”.
Y pasa uno, dos, tres carros y muchos más a gran velocidad sin que medie tiempo y espacio para que con el coche nos incorporemos a la avenida o que el peatón la atraviese...
Pienso en las mañanas cuando salen padres y madres con sus chavos a la escuela y viven las mismas condiciones vehiculares: esperar a un alma caritativa que se apiade de ellos y rece esa frase de los 90:: “el peatón es primero” y les ceda el paso... entonces, se me ocurre:
–¿Y si hubiera padres de familia que hicieran función de agentes de Tránsito en horas pico para que los niños crucen las calles rumbo a la escuela o de la escuela a su casa? Digo, en calles próximas a las escuelas...
–Los padres trabajan– me responde Brenda con lo que rompe de tajo mi momento de inspiración...

II
Mariana no hace ruido... es discreta. No le gusta la alharaca. Una vez se molestó conmigo porque conté una anécdota de su padre que, contrario a ella, es demasiado extrovertido, de carcajada alta y contagiosa... un gran tipo, por cierto.
Bueno, eso de que “se molestó conmigo” me lo dijo su propio padre, a quien le tomó por sorpresa la anécdota contada que en otra ocasión volveré a platicar.
La conocí alguna vez que compartí con su padre el pan y la sal una mañana de cualquier día de la semana en un desayuno muy mexicano... Seria y fuerte como su mami pero a la vez dinámica, con una energía constante que contrasta con la apacibilidad de su cara, Mariana es un volcán de emociones... ya es por sus hijos, ya es por sus mascotas (incluso por el intruso tlacuachito que fue a caer una tarde en un cesto en el patio de su casa), ya es por su profesión, ya es por doña Toñita, esa gran mujer a la que admira y la obliga a seguir su ejemplo de devoción por los demás... por esas emociones, pero sobre todo, porque entiende y complementa una forma de ser con su esposo, Mariana es una convencida de que cada uno de quienes integramos esta ciudad, somos en gran parte la solución a nuestros grandes problemas...

III
El Ayuntamiento colocó unos letreros en el parque de mi casa. “Levanta las heces de tu mascota” y algo así como “Deposita la basura en su lugar”.
Las suelas de mis zapatos me dicen que la primera indicación no se obedece. La segunda me advierte que el problema ha sido rebasado por la solución... los pequeños botes en el parque rebosan de basura. Pareciera que mientras más lleno esté el depósito de desechos, hubiera la insistencia de la gente por ver cuánta más basura puede soportar sin que se desparrame... vamos, es la prueba de Arquímedes con basura sin ánimos de gritar ¡Eureka!
Entonces, entre algunos, pocos, dos vecinos, se procedió a colocar grandes bolsas de basura en dos puntos más en el centro del parque... algunos no entienden que no hay que tirar la basura en el prado o dejarla botada donde pasan horas platicando o echando novio; otros, optan por dejarla en esas bolsas... si bien, el problema disminuyó en mucho, no se ha resuelto... como que hay una resistencia entre los vecinos a entender que la solución a los problemas en nuestro entorno, muchas veces deben de venir de nosotros... pero ahí estamos, insistiendo...

IV
Toñita creó un Asilo llamado Nuevo Amanecer. Allí habitan 28 ancianos (20 mujeres y ocho hombres), la mayoría abandonada por su familia.
Durante años, Toñita se preocupó de estas personas pero olvidó algo... ocuparse de ella y la diabetes le ganó camino. Hoy, no cuenta con la misma energía para hacer lo de antes pero fue previsora: inculcó en su familia y amigos el valor de dar y ayudar.
Hay gente como Aracely Guzmán quien se dedica a recolectar fondos porque en un asilo siempre faltan cosas... allí, Mariana puso su granito de arena, pero no sólo con recursos...
Mariana tiene en claro que los ancianitos no sólo necesitan cosas materiales, también requieren afecto y atención.
Verlos bailar, divertirse, cantar, te lleva a otro plano. ¿Se necesita mucho? No, sólo un poco de esfuerzo para darle que lectura, que música, que baile... ¡afecto y tiempo! Eso dice Mariana... estoy de acuerdo.
Nuevo Amanecer está en la avenida Ciudad de las Flores, colonia Revolución. Y en realidad se espera que estos ancianos, cada día tengan un nuevo amanecer.

IV
Quizás no podamos ponernos de acuerdo con las anécdotas de su padre Mariana y yo... quizás su sobriedad contraste con mi irreverencia... quizás ese abismo generacional choque entre su ideología y la mía, pero hay algo en lo que empatamos: Tenemos muchos problemas en esta ciudad, pero muchos de éstos, cada uno de nosotros podemos ser la solución, con un poco de voluntad...
Así que este día, intente dar el paso al peatón, sea cortés con el otro conductor, busque un bote para depositar esa basura que trae en la mano, sea compasivo con los animalitos indefensos y brinde un poco de atención y afecto a los niños y ancianos... ¡cambiar Xalapa puede ser más fácil de lo que pensamos!
Se trata de suma de voluntades. Así lo cree Mariana Yorio de Zúñiga. Yo también lo creo.

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