jueves, 9 de mayo de 2013

El Pacto por México y la firma de mi perro

(Lector, por error, algunos archivos fueron borrados... tratamos de recuperar la mayoría, por eso si los ves de nuevo, no creas que es una mala jugada del destino jugando con el tiempo)

Salvador Muñoz

Los Políticos

Su cuello se estira. Olfatea con insistencia y entonces orina ese tronco. Por su tamaño, “Scotish Terrier”, su rocío llega a la base del árbol y no hasta donde su nariz repuntaba. Sin embargo, si algún otro perro intenta suprimir su marca, hace valer, valiente, sin importar tamaño, raza o corpulencia, “el poder de su firma”...
¿Recuerda esa frase? Fue un hitazo allá a mediados de los 80... recuerdo el comercial de aguas cristalinas, olas, mareas, y al final, aparecen unos niños en la playa... la voz “en off” dice: “Tarjetas Banamex... todo, con el poder de su firma”.
No sé si por ello haya surgido ese modismo que, entre algunos vendedores, expresaban al potencial comprador: “Estampe la Poderosa” a manera de una contracción total de la frase bancaria.
Realmente no sé cuándo, cómo o por qué, del valor de la palabra se pasó al valor de la letra. Es decir: Del “Te doy mi palabra” a “¿Dónde te lo firmo?”
Algo ha de haber ocurrido en el Hombre (sin ánimo misógino) para que el otro ya no le diera validez ni a sus bigotes ni a su “Palabra de Honor”... entonces, cualquier arreglo o acuerdo se formalizó con la firma estampada.
Hago este pequeño preámbulo para citar “el agregado” que se le hizo al Pacto por México entre las principales fuerzas partidistas en el país con el Presidente Enrique Peña Nieto.
Entre los nuevos ingredientes que aderezan este pacto firmado por “caballeros de la política”, está el compromiso de “sobreponer los intereses del País a los de cualquier partido”. Cualquier mexicano bien nacido ha de tener en claro que eso no se necesita ni siquiera mencionar, pero es claro que difícilmente los partidos y sus dirigentes entienden lo obvio.
Además, se comprometen “a actuar con apego a la Constitución”... y hasta el momento, seguimos con demagogia pura...
Otro de los datos adicionales al Pacto por México es “el respeto a la ley y limpieza electoral, blindaje electoral, participación de la sociedad civil, profesionalización e imparcialidad de delegados y operadores de programas federales”... pareceré reiterativo, pero ¿en verdad se tiene que firmar un pacto o un agregado que hable del “respeto a la Ley”?
Otro de sus absurdos está el de “sancionar debidamente” a quienes cometan delitos electorales. Lo más cuerdo que leo es la suspensión de movimientos en padrones de beneficiarios de programas sociales y la publicación a nivel estatal, de la lista de esos beneficiarios.
Veo con limitaciones el acuerdo de investigar las cuentas bancarias de los gobernadores. Debiera extenderse a esposa, hermanos, hijos y parentela hasta el grado que se considere pertinente...
Y hay otras lindezas, aunque, en síntesis, este Pacto tiene más ficción que realidad en sus escritos... en sus hechos, al menos hasta ahora, la congruencia se ha visto en el PAN seguido por el PRD tras los hechos que dieron lugar a que el Pacto se tambaleara. El discurso de Camacho Quiroz, presidente del PRI, el pasado 28 de abril de 2013, fue una burla. No sé si para él o para los ciudadanos, ante la evidencia de los hechos que negarlos, fue tan parecido a algo que bien podría citarse como “autismo político”. No sólo niegan la realidad... viven otra realidad: “Hoy, desde Veracruz y para todo el país, el PRI reitera su compromiso con la legalidad, de cualquier partido y quien sea, si alguien la hace, que la pague”. Era el Consejo Político Estatal del PRI en Boca del Río. Del dicho de Camacho al hecho de Duarte, hubo varios días de diferencia... Al menos, la palabra del dirigente del PRI quedó mal parada durante ese lapso.
No sé si los mexicanos debamos creer en la firma de nuestros políticos cuando en sus promesas, las palabras se las lleva el viento. Hay incredulidad y no es de a gratis.
Al menos, el PAN y PRD nacionales se ven congruentes en el desempeño de su palabra. Al PRI le falta algo más que una Elba Esther en la cárcel, por ello, tanto su palabra verbal o escrita queda rezagada. Pero hay alguien que les lleva la delantera a los partidos inmiscuidos en el Pacto por México: Harry, pues la “firma” de mi perro estampada en algún árbol es más valiosa que la de cualquier político, porque no he visto a alguien, incluyéndome a mí, que la defienda con tanto ahínco, sin importarle tamaño, raza o corpulencia para hacerla valer... por eso, en el Pacto, seguirán los agregados.

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