lunes, 30 de septiembre de 2013

Caída libre

Fotos: Guillermo Ramos. El Mundo de Orizaba
Salvador Muñoz
Los Políticos

¿Conoce a Oswaldo? ¿A Oswaldo López Silva? ¿No? Es orizabeño y se encuentra en estos momentos en el Hospital. Dicen que se lastimó una pierna y otros, que tiene fracturados los dedos del pie derecho.
Si no conoce a Oswaldo no se preocupe… yo tampoco lo conocía hasta ayer, que en medio de un mar de noticias que se dan en el facebook, me encontré con su nombre y lo que hizo: salvó la vida de un anciano.
Bueno, he de comentarle que Oswaldo es Bombero y pertenece a Protección Civil de la Pluviosilla y es posible que no sea la primera vez (¿o sí?) que salva a una persona, pero el modo en que lo hizo, implica levantarse, quitarse el sombrero y aplaudirle: Atrapó a un hombre que se arrojó desde un tercer piso.

II
Aficionado al Comic desde mi tierna infancia hasta mi tierna inmadurez, el Héroe así como el Villano es para mí, una forma de ver la vida: Hay buenos y malos.
También, creo, vivimos en una sociedad con inmensas ganas de tener Héroes que bien se representan en atletas como un Canelo Alvarez, un Chicharito Hernández, un JC Chávez Junior, o su equipo favorito de Fut, básquet o el deporte que prefiera. La idea es vivir esa catarsis que se representa en un nocaut, un gol, una canasta en el último segundo o por qué no, ¡hasta en la derrota!
Pero el asunto no sólo se concentra en atletas… nuestros políticos también tienen esa inmensa necesidad de ser o que los hagan Héroes y el mejor ejemplo de ello es, recientemente, un Enrique Peña Nieto perdiendo el chongo (o el copete, más bien) bajo una pertinaz llovizna, allá en Guerrero, con el agua hasta las rodillas. Oír las voces de admiración de quienes cegados por su servilismo aplauden ese “dejo de humildad” del Presidente causa pena su “agachez de cérvix”...
Y es que los actos de heroismo de nuestras autoridades, del ámbito que usted quiera, se concentran en hechos en fotografía, de pose, de sonrisas forzadas y de protagonismo puro que rozan en tintes melodramáticos parecidos a los de Laura Bozzo, hoy tan de boga en estos días aciagos…

III
Por fortuna, tenemos en nuestra sociedad, cantidad de héroes que, sin hacer ruido, sin llamar a los reflectores, cada día hacen el milagro de la vida en la humanidad… hay unos que en resumen, yo podría llamar “Rescatadores de perros y gatos”; hay otros que se enfrascan en ayudar a niños o personas con cáncer; hay quienes luchan por salvar en una ambulancia a quienes sufren algún percance, y podríamos seguir citando otros, muchos, cantidad, pero el caso de Oswaldo López Silva es para que Noemí Guzmán Lagunes, titular de Protección Civil, el ayuntamiento de Orizaba y hasta el mismo Gobernador, le reconozcan su acto de valentía:
Rómulo Ojeda Figueroa, adulto mayor, subió al tercer piso del edificio Parroquia. Tras pasar el barandal, externó su deseo de saltar al vacío ante los ruegos de una mujer que le decía: “No te avientes, no lo hagas… Dios te escucha”.
Para ello, ya habían llamado a las unidades de rescate y al lugar llegó Oswaldo López Silva, de Protección Civil, así como unos patrulleros que prestos, decidieron buscar una lona o sábana que pudiera amortiguar una caída… pero era tarde… Rómulo se lanzó al vacío y ante la sorpresa de los testigos, Oswaldo se movió, alzó los brazos y recibió el golpe, fracturándose los dedos del pie derecho (dicen unos) y lastimándose la pierna (dicen otros).
Rómulo está vivo. Oswaldo se recupera en un hospital. Se queja del dolor. Dice que no pudo dormir y hasta escalofríos tuvo, y ante la pregunta de sus amigos que no saben qué le ocurrió, sencillo, sólo responde: “Ya ves, me cayó una persona”. No cuenta más, no dice más.
Un reconocimiento a Oswaldo, quien no pensó en su columna, en sus cervicales, en sus piernas, ni en sí en el momento en que vio volando un hombre al vacío… no sé qué haya pasado por su cabeza, pero lo que haya sido merece que nos pongamos de pie, que nos quitemos el sombrero y le brindemos un aplauso por su valentía. Dentro del ámbito periodístico, vaya igual un reconocimiento al fotógrafo Guillermo Ramos de El Mundo de Orizaba, quien plasmó para la historia el increíble suceso.

PD Amigos, cambiamos de correo: smcainito@gmail. Allí recibo sus comentarios, sus recordatorios o lo que quieran.

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