Indignante clima

Brenda Caballero
Números Rojos

No deja de llover. Veo a través de la ventana cómo el aguacero arrecia y amaina de repente, pero continúa el mismo ciclo a causa de la tormenta tropical Ingrid.
El cielo luce gris, nublado. Ni parecen fiestas de Independencia de México. Antaño, se podía escuchar a más de uno celebrando con la tradicional resaca. Hoy, se respira indiferencia y malestar entre la población. Triste es ver que se siga utilizando a la clase más desprotegida “para celebrar” las fiestas patrias con un tour que incluye: viaje ida y vuelta, torta, refresco o vale para tacos, banderita, sombrilla, espectáculo musical y cien pesos.
Me siento indignada y no es el clima. Bueno, sí, el clima social que estamos viviendo.
Busco en los medios “más leídos” información sobre el desalojo de los maestros. No hay nada. ¿Por qué será? Sólo las redes hablan al respecto. Tal parece que los medios y portales informativos van perdiendo su credibilidad para dar paso a unas redes sociales que se fortalecen por decir la verdad y mostrar el clima como es.
Una maestra me platica la llamada “recuperación de la plaza”. Me da escalofríos y la piel se me pone chinita al contarme la forma del repliegue. Cierto es que ambos bandos defienden su trabajo: los maestros y los policías. Pero ¿se vale la violencia y hasta el manoseo?
II
Las autoridades competentes afirman que desde 1958 no se habían registrado dos tormentas tropicales a la vez: Ingrid, en el Golfo, y Manuel, que no resultó tan Pacífico, pues le pegó con todo a Acapulco. Resultado: infinidad de daños, muertos y heridos. ¿Coincidencia? Tal vez, puesto que a México le está lloviendo sobre mojado. Si recuerda usted, los últimos fenómenos tropicales han dejado una serie de muertos. Pareciere que la política de Protección Civil no funciona. Bueno, los hechos lo demuestran. Es indignante que no sea preventiva y que sólo se salga con albergues y desalojos cuando se tiene el agua hasta el cuello o en los pulmones.

III
Ya no quiero enojarme. Sin embargo, una nota hace que me salgan más arrugas: “SAT deberá regresar 370 millones de pesos a Walmart”. Eso me recuerda la condonación del crédito de Televisa por 3 mil 334 millones de pesos apenas en mayo pasado.
¿Le parece justo que nosotros paguemos impuestos para que se los devuelvan a otros?
Le cuento. Un tribunal Federal ordenó devolver a Walmart, después de 8 años de litigio, 197 millones de pesos más un interés del 9 por ciento anual.
El caso fue ganado por un error legislativo. Sí, así como lo leyó usted. Un error de los diputados y senadores, ya que Walmart reclamó el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios que en el 2001 la Cámara de Diputados aumentó al 45 por ciento; sin embargo, al pasarlo a la Cámara de Senadores, ésta lo modificó al 60 por ciento sin la correspondiente aprobación de los diputados.
Resulta cierto el dicho: Al perro flaco se le cargan las pulgas, pues si algún empleado cometiese un error administrativo, tiene que pagarlo. Sin embargo, ¿quién cobra a estos señores sus burradas legislativas?

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