martes, 22 de octubre de 2013

Como quien se rasura las barbas

Salvador Muñoz
Los Políticos

El Gobernador ha de sostener este martes, una reunión con reporteros y fotógrafos que, así lo entendí, fueron agredidos durante el desalojo de maestros que hubo el pasado 14 de septiembre en la Plaza Lerdo.
Sí, cualquiera me podría decir que el Gobernador muestra apertura al diálogo al reunirse con los trabajadores de medios y en palabras de Jorge Morales, que parece ser la única entidad viva en esa cosa llamada “Comisión para la Protección de los Derechos de los Periodistas”, lo refiere así: “De antemano, valoro la apertura del Gobernador Javier Duarte para escuchar y atender esta petición particular, que no es única, pero sí sustantiva”.
Bueno, y es que debo entender que dicha reunión se había solicitado de inmediato tras los lamentables sucesos de la fecha citada.
Es ahí donde pongo mis dudas al respecto de “la Buena fe” del Gobernador.

Primero, si lo notó, al inicio de esta opinión, pongo que los reporteros (al igual que los maestros) fueron agredidos. Si hay agresión, hablamos del ejercicio de la violencia sobre quienes están indefensos.
Segundo, la fecha: Si vuelve a checar en el primer párrafo, se cita el 14 de septiembre pasado, es decir, a más de un mes del evento es que el Gobernador se abre al diálogo.
Tercero, y quizás el más importante: Se viene su tercer informe de labores. Confrontada su administración con los reporteros, es indudable que urge “fumar la pipa de la paz” en aras de que en el remoto, ¡pero muy remoto caso de que hubiera un diputado que señalara la agresión a la prensa y maestros!, tenga el Gobernador ese as bajo la manga donde exhiba que si hubo algo, ¡ya no lo hay! porque hoy ¡son hasta cuates!

A ello hay que agregar algo: La reunión con la prensa agredida se hará en privado… “por disposición oficial”.
En parte, se entiende, pues allí deben estar los interesados con el Gobernador quienes escuchen lo que tengan que escuchar, aunque lo más importante, que digan lo que tengan que decir, aunque no sé si decirlo implique una solución, un avance, un resultado, “un paso” (como dice el amigo Jorge Morales), porque de la audiencia a la acción, el trecho es tan largo como puede ser la barba de un político.

En otra parte, no se entiende, pues la primera interesada en el desenlace de este lamentable suceso que sacudió la madrugada del 14 de septiembre tanto a maestros como a prensa, debe ser la sociedad, y en lo particular, “chutarme” el boletín oficial que pinte de colores y sabores la reunión del gobernador con la prensa agredida, realmente no tiene caso, porque ya me imagino lo que va a decir: “Gobierno de Veracruz, respetuoso del trabajo de la prensa”… ya ve cómo se queman el coco con los lugares comunes y tan manoseados en la difusión del “trabajo” del Gobernador. Si fuera abierta esa reunión, que al ser con la prensa por su propia naturaleza así tendría que ser, hablaríamos de apertura. Mantenerla cerrada, “por disposición oficial”, habla más de una conducta, de un modo de ser y hacer del Gobierno y la mejor prueba de ello, es un Palacio de Gobierno atrincherado, rodeado de policías, de seguridad, donde lejos de pensar en apertura, se manifiesta la cerrazón y la maldita mala maña de hacer todo en lo oscurito…
Ojalá que la reunión de reporteros agredidos con el Gobernador sea un paso que implique ir desmarañando la ya complicada labor periodística en Veracruz y no sea una mera limpiadita de imagen, como quien se rasura las barbas, con miras al tercer informe de Javier Duarte de Ochoa.

No hay comentarios: