martes, 1 de octubre de 2013

Sitev y el Negro Ojeda

Salvador Muñoz
Los Políticos

La presión ni se percibe… sólo se siente… y donde más duele. Curiosamente, hasta el momento, no es en el bolsillo.
Los artífices de ello, dos instrumentos que funcionan a la perfección como pinzas o tenazas. Uno, representante de los maestros. Otro, representante del Sistema. Algunos no se han dado cuenta de ello… los que sí, aunque no hayan participado en el movimiento magisterial, ya viven en carne propia la revancha silenciosa contra quienes decidieron levantarse contra las reformas educativa y laboral.

II
Por un lado de esa pinza está José Ojeda Rodríguez, mejor identificado como El Negro Ojeda, quien desde la subdirección de Recursos Humanos de la SEV se sabe el teje y maneje de lo que es una plaza, un cambio de adscripción, una chamba… y gracias a ello, también sabe de la venta de ganado y leche… así como es un próspero funcionario del Sistema, igual se convirtió en un próspero ganadero. Está de más comentar que el Negro Ojeda no deja de ser un invento de Juan Nicolás Callejas Arroyo que, hasta el momento, le ha funcionado a lo largo de tres sexenios y corriendo…

En el otro extremo de esta pinza, está cualquier dirigente sindical que simplemente se ha vuelto cómplice, compinche, aliado de un Gobierno que no encuentra solución a un movimiento magisterial.
Ese dirigente se mantiene aislado del maestro. No de ahora, sino desde hace rato. La diferencia es que en este momento, el abandono se combina con presión y es más notorio.

III
Si por cualquier razón, un maestro necesita ausentarse de su fuente de trabajo, que por problema familiar, personal, legal o lo que sea, ¡se le niega el permiso!; si un maestro necesita ir al doctor, hacerse análisis, una intervención quirúrgica, ¡se le niega el justificante!
La pinza se cierra. El Sindicato, que debía hacer la vez de “abogado del maestro” ante la SEV, sencillamente niega cualquier derecho a su agremiado.
Vamos, se entiende que con la reforma educativa-laboral se acaben las comisiones o hasta el cambio de adscripción, ¿pero jugar con la salud o necesidad de maestros?

IV
Es curioso, pero el nacimiento del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación de Veracruz nace en una lucha contra el cacicazgo de Ricardo Diz Herlindo en el Sutsem.
Tuvo en Héctor Ramírez Cahue a su primer dirigente, quien aún se le reconoce su labor durante el periodo que encabezó al entonces neosindicato. Igual recuerdo merece Gerardo Arámburo Torre, donde se permite al agremiado elegir a su representante mediante su voto, ya no por Consejeros.
Y se habla que en el tercer periodo, Ramírez Cahue pretendió volver a probar las mieles de la dirigencia y en aras de cerrar el paso a un cacicazgo, lo que son las cosas, se le abrió el paso a otro: Rafael Wong Michel. Si bien no está al frente del Sitev, de su periodo que comprendió 2003-2006 a la fecha, no deja de ser atrás de Alejandro Maldonado y Alberto Yépez Alfonso, la mano que mece la cuna, que sabe el teje y maneje de las recategorizaciones y hasta del manejo ¡de los carros que recientemente le dio Gobierno del Estado!
Quién diría que hace 16 años, cuando nace el Sitev en aras de luchar contra el cacicazgo, habría de terminar por convertirse en el monstruo contra el que luchaba… el Sitev, hoy por hoy, no deja de ser parte de esa pinza que, junto con el Negro Ojeda, aprieta en estos momentos al maestro, sea disidente o no.

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