Luis Alberto Romero
Hora cero
El primer contacto de la gente con una forma de gobierno es precisamente el Ayuntamiento, donde en teoría se resuelven los problemas de barrios, colonias y comunidades.
En teoría, porque por lo general los Ayuntamientos no reciben los recursos necesarios para atender los problemas de los municipios y porque muchas veces, dichos órganos de gobierno están integrados por ediles y funcionarios con poca preparación o, lo que es peor, semianalfabetas.
Recientemente, un portal de noticias se refería a la preparación y, sobre todo, la formación académica con que llegan los nuevos integrantes de la Legislatura del Estado.
Valdría la pena ahora conocer la preparación y escolaridad de los próximos alcaldes porque en muchos casos, la falta de capacidad para gobernar, para cumplir las leyes y para plantear programas de gobierno los vuelve presas fáciles de quienes buscan convertir los presupuestos municipales en botín para engrosar la billetera personal.
Recordamos el caso, por ejemplo, de un presidente municipal en el norte de Veracruz, cuya ingenuidad lo llevó a endosar las cuentas bancarias y prácticamente el poder local a un rapaz tesorero que terminó por saquear las arcas.
En otros casos, la sindicatura y las regidurías de los ayuntamientos son producto de imposiciones.
Los dirigentes partidistas integran los cuerpos edilicios únicamente con criterios políticos, sin tomar en cuenta capacidad o escolaridad; por eso vemos a tanto regidor y síndico cuyo nivel de instrucción es lamentablemente paupérrimo.
Y es que en nuestro país, para bien o para mal, cualquiera puede ser votado y ello no deja de implicar riesgos porque, a fin de cuentas, el promedio de escolaridad no llega a nueve años en el ámbito nacional, mientras que en Veracruz más de 600 mil personas no saben leer ni escribir y el rezago educativo alcanza al 11 por ciento de la población.
Por otro lado, la lucha de grupos que se presenta en el entorno nacional y estatal para lograr posiciones, secretarías, subsecretarías y direcciones, se traslada también a los ayuntamientos, donde los alcaldes, muchas veces mareados de poder y cegados debido a la adulación que les rodea desde las campañas, seleccionan a compadres y amigos de la infancia para integrar los ayuntamientos, sin considerar capacidad y perfil.
Recordamos ahora que al inicio de los Ayuntamientos que actualmente están en funciones, el Instituto Veracruzano de Desarrollo Municipal realizó un interesante trabajo que revelaba que el 70 por ciento de los alcaldes veracruzanos no contaban con estudios profesionales; es decir, en su mayoría, los ediles solo habían terminado la secundaria y, en el mejor de los casos, preparatoria o carreras técnicas.
Esperemos que los nuevos cuerpos edilicios de los municipios veracruzanos no solo se caractericen por un adecuado nivel de escolaridad y un elevado sentido de responsabilidad, sino, sobre todo, por el interés por capacitarse en temas como el manejo de recursos; la transparencia y rendición de cuentas; entre otros. Es decir, que aprovechen al máximo los cursos que diferentes instancias y dependencias del gobierno imparten desde hace al menos un par de meses.
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