martes, 4 de febrero de 2014

Hacienda y Doña Pelos

Brenda Caballero
Números Rojos

Veo a “Doña Pelos” diciendo: “Pa’ mis pulgas, sólo muerto el perro se acaba el pagar impuestos”. “Doña Pelos” es una creación de Don Fernando Morales que junto con el Tío Corajes, siempre sacan algún suceso cotidiano importante y lo exhiben a través de un cartón humorístico.
Aunque pareciera que “Doña Pelos” tiene razón, según el dicho, “Muerto el perro, se acaba la rabia”, lo cierto es que no es así, pues el perro rabioso pudo haber mordido a una persona y a ésta le dará rabia. De igual manera, si alguien debe impuestos y tiene la desgracia de caer en las manos de Hacienda, su crédito no se condona por el hecho de morir, sino que al igual que la herencia, pasa en la sucesión testamentaria.
Luego entonces, el morir no nos exime del pago de impuestos; al contrario, si el contribuyente tiene la mala suerte de morir en plena revisión, Hacienda no se tentará el corazón y le fincará su respectivo crédito, dejando la bronca a los “beneficiarios de la herencia”.
Y bueno, tratando que no me finque un crédito por no pagar mis impuestos, saqué mi respectiva Fiel para poder facturar en línea desde el portal de internet del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Era el último día de enero, y según indicaciones que había recibido por parte del personal de SAT, tenía que hacer al menos una factura que amparara mis ingresos correspondientes al primer mes del año.
Y allí me tiene, casi jalándome los pelos como “Doña Pelos”, pues no podía facturar. En primer lugar, el dichoso programa Java no lo podía descargar en mi notebook. El link para descarga del portal del SAT no me permitía hacerlo y me mandaba error. ¡Quiero pensar que estaba muy saturado! Después de intentar una y otra vez sin respuesta positiva, pregunté al que todo lo sabe: Google, y por fin, después de varios intentos, Java quedó instalado.
El primer paso estaba dado, ahora ¡a facturar! ¡Mi madre y la de “Doña Pelos” juntas! Pues al entrar al apartado Factura Gratuita y generar la dichosa factura, que me marca error. Ante mi desesperación, que hablo al 01800 4636728; después de esperar unos cuantos minutos, por fin una señorita muy amable me atendió. Le comenté que no podía entrar a generar mi Factura Gratuita y que me preocupaba porque era el último día del mes. Aclaro que no lo dejé a lo último como buena mexicana, sino que tenía que esperar los ingresos del último día del mes, de lo contrario, el SAT no me lo perdonaría.
Después de un “permítame un momento”, me respondió que no me preocupara, que podía facturar en febrero y poner la nota “Estos ingresos corresponden al mes de enero”; aprovechando el viaje, le pregunté sobre un seguro que había comprado y volvió a decirme: “permítame un momento”. Ojalá y así le pudiera contestar a Hacienda al pagar mis impuestos. Agradezco la amable atención de la chica del SAT, pero con tantos “permítame un momento” me dio la impresión que Hacienda sólo contrató personal para contestar el teléfono y no para una asesoría fiscal.
Como no quedé convencida de la información recibida vía telefónica, busqué otra opción: el chat uno a uno. Aunque aclaro que no es como un chat normal en el que uno pregunta y el otro contesta. Aquí hay que seleccionar primero el tema de la duda y escribir rápido, porque si deja inactivo el chat unos minutos se desconecta automáticamente.
En primer lugar, me atendió una chica a la que volví a preguntar sobre mi problema de facturación; ella fue clara conmigo: “tiene que facturar sus ingresos en este mes” ¿y si le pongo una nota?; “No, en este mes”; ¿y si no logro entrar? “Hágalo en la aplicación de mis cuentas me dijo facture desde allí”.
¡Oh por Dios! la asesora personal me dice una cosa, la del teléfono otra y la del chat otra ¿A quién le hago caso? ¡Qué bueno que no estaba el Tío! Si no hubiese dicho: “¡Que me digan varias cosas a la vez, cuando se trata de impuestos… ¡Me da un Coraje!”
Como mi tiempo se acababa, le hice la pregunta de los gastos, a lo que a través del chat la señorita respondió: “Esa es otra pregunta muy diferente a la inicial, tiene que entrar a otro chat” y dio por terminada la sesión.
El tiempo pasaba y mi día terminaba con más dudas que al principio. Me volví a conectar al chat y volví a exponer mi problemática de no poder facturar. Ahora me atendió un joven el cual me dijo: “dígame textual el error que le manda”, volví a mi equipo de cómputo y copié el error lo más rápido posible, no me fuera a cortar la comunicación: lo cae8978b-49b-4b2a-8efb0c8d96c4cc74.
Su siguiente pregunta fue: “¿Cuál navegador de internet está usando?” Contesté Explorer a lo que siguió: “¿Cuál es la versión de internet Explorer que está usando?” ¡Uta madre! ¿aparte de hacerle de contador tengo que saber de ingeniería en sistemas?
Agradecí la atención y dije que lo iba a verificar, aunque en la mente tenía ganas de decirle el último error que me mandó “mi sistema personal”: ¡&%$#)(/&$%&?!
Las horas avanzaban, volví a Google y busque facturación electrónica en video. Afortunadamente el Youtube me enseñó a hacerlo por primera vez.
¿Cómo pretende Hacienda que millones de mexicanos facturen con esa información? ¡Es imposible! En primer lugar porque ni la misma autoridad sabe lo que quiere; en segunda, porque la población no tiene los conocimientos técnicos ni el equipo para hacerlo; y en tercera, porque está saliendo más caro el caldo que las albóndigas.

Email: caballero_brenda@hotmail.com

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