jueves, 3 de julio de 2014

PRD, miedo a la militancia

Luis Alberto Romero

Hora Cero

 

Los principales partidos políticos opositores al Revolucionario Institucional están irreconocibles. Históricamente, Acción Nacional se había caracterizado por un manejo cupular en el tema de la selección de sus dirigentes y candidatos; ese instituto tenía militantes activos y adherentes que nombraban consejeros estatales y nacionales que, a su vez, seleccionaban a los más altos cuadros directivos.

 

Sin embargo, el PAN entendió los nuevos tiempos de la sociedad y la política mexicana y se reformó para abrir a toda la militancia la posibilidad de elegir dirigentes; así es como fue electo Gustavo Madero para un segundo periodo al frente del Comité Ejecutivo Nacional y así será nombrada la próxima dirigencia estatal, con el voto de los 16 mil afiliados que tiene el partido en Veracruz.

 

En contraparte, el PRD parece que camina para atrás: luego del proceso para la elección de Presidente de la República en 1988, cuando la izquierda acusó un escandaloso fraude del sistema contra el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, fue fundado este partido el 5 de mayo de 1989.

 

Varias organizaciones y partidos se fusionaron para tal efecto; el Mexicano Socialista, el Mexicano de los Trabajadores, el Socialista Unificado de México, el Movimiento Revolucionario del Pueblo y el Socialista de los Trabajadores, entre otros, sin contar con un grupo que había renunciado al Revolucionario Institucional, en el que se encontraban figuras de la talla del propio Cuauhtémoc y Porfirio Muñoz Ledo, por mencionar algunos; luego se sumarían otros como Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Monreal Ávila; prácticamente toda la izquierda mexicana, que enarboló la bandera de la democracia.

 

Sin embargo, parece que las prácticas democráticas son cosa del pasado en ese partido, que optó en este proceso interno para la elección de sus cuadros directivos por otorgar el derecho al voto sólo a sus delegados y no a la militancia en general.

 

Este viernes, por cierto, el Consejo Nacional sesionará para ajustar los términos de sus convocatorias y dar a conocer el convenio para que el Instituto Nacional Electoral se encargue de la organización de su proceso interno. El próximo 7 de septiembre es un día determinante para el perredismo, ya que elegirán a los consejeros estatales y municipales que definirán en noviembre a las dirigencias de esos niveles directivos. De ese proceso saldrá el nuevo dirigente del PRD en Veracruz, un partido disminuido y convertido, como dice el diputado federal Uriel Flores Aguayo, sólo en un cascarón.

 

Uno de los perredistas más reconocidos en Veracruz por sus ideas y congruencia es, precisamente, el actual diputado federal por el distrito de Xalapa; ayer, ante la pregunta sobre su posible participación para buscar la dirigencia del partido, Flores Aguayo respondió que no existen las condiciones, en virtud de que el partido tiene un manejo burocrático y cupular; lo que es peor, carece de vida propia y únicamente se mueve por consigna.

 

De nada tienen que enorgullecerse los perredistas veracruzanos porque el PRD, lamentablemente para la vida democrática del estado, degeneró en un partido sin ideas ni congruencia y ha dejado de ser una expresión opositora que represente la posición y el pensamiento de la izquierda. Una lástima. @luisromero85

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