jueves, 13 de marzo de 2008

La fidelidad hecha Pacto (II)

II. La multiplicación de los Pactos

Pedro Manterola Sainz
Hoja de ruta


Resuenan ya por todas partes los cascos de recuas, jamelgos y caballos. En todos lados aparecen héroes, arrieros, villanos y jinetes sin cabeza. Van solos, en parejas, en tropa o en gavilla. No hay rumbo, camino o vereda por el que no corran presurosos en busca de atajos, pasadizos y senderos. A unos se les ve sudorosos, concentrados y afanosos en el trajín incesante, en la búsqueda incansable de votantes, en el cumplimiento sistemático de su tarea, en la búsqueda de nuevos horizontes. Otros aguardan, perfumados, peinaditos, agazapados, recogidos en su arrogancia. Se acerca el 2009, y unos en la parcela y la faena y otros en la indolencia y la desidia, todos buscan nueva posta, el puente entre presente y futuro, la ruta oculta entre el sexenio que se va y el ansiado sexenio por venir, para unos la construcción de un proyecto y para otros el camino a la sobrevivencia. Así se apuntan los aspirantes a la Cámara: por cualidades, capacidad y trabajo, o por cercanías, recursos e influencias. Algunos por méritos propios y otros sin mérito alguno. Merece respeto el que recorre desde ahora las veredas por las que habrá de pedir el voto para ganar voluntades y confianza. No es lo mismo con el que espera designios superiores para arrastrar su petulancia hasta el terreno que pretenderá conquistar. Tiene más valía el que busca que el que encuentra, pero a la hora de la urna, el que vota y nunca olvida es el dueño de armas y argumentos.
En el altiplano parece pronto para juzgar a los subalternos recién estrenados y algunos ya muy maltratados. Después de la desmesurada expectación por la llegada desde ultramar a Gobernación de hombres totalmente Palacio (de Covián), con raras excepciones, Juan Camilo armó un equipo de enanitos azules en Bucareli, mientras AMLO lo acusa de que su energía nace de los negocios y los negocios de Energía. Golpe certero, macizo, que generó primero un lacrimógeno y artificioso melodrama en el que supimos del sufrimiento y sacrificio de Mouriño por la culpa, la maldita culpa de su invaluable aportación a la (madre) Patria: Sí, así es. Somos impíos confesos, impávidos e inconscientes de que por su trabajo político abandonó industrias, ganancias, utilidades, acciones, familia, provincia y hasta nacionalidad, todo por servir a México. Un cuadro rutinario en la doble moral panista.
Mouriño goza de la confianza presidencial, tiene los hilos para la operación electoral y las herramientas de control político. Que las sepa usar para algo más que el incremento del patrimonio familiar está por verse. Aún así, pronto veremos sí el Peje lanzó un obús o disparó balas de salva. Por su parte, Germán Martínez, Ernesto Cordero y Pérez-Jácome Friscione garantizan conocimientos, cercanía y confianza con el Ejecutivo. Pero no sabemos si serán eficaces operadores y eficientes estrategas.
Lo que sí sabemos, o podemos imaginar, es lo que puede pasar acá, en el puerto, en las montañas, en la capital, en la huasteca, el totonacapan, la sierra y la selva. Nadie es capaz de anticipar y pronosticar el comportamiento de los alcaldes y el de los diputados es demasiado predecible. En el caso de los Presidentes Municipales, ya algunos avisan que después del triunfo que les allegó Fidel, en su cabecita tienen que el Ayuntamiento les ha sido escriturado a perpetuidad, que no hay más voluntad para acatar que la propia, ni más voz que escuchar que la suya. Apelar a su conciencia es ejercicio inútil, ya que en muchos casos no tienen y en otros está descompuesta. A ese paso, adiós votos, adiós confianza y adiós libertad.
Un alcalde de la Huasteca pone en la nómina a toda su familia. Otro, del mismo rumbo, corre a los ediles de una sesión de cabildo y con la policía como escolta despide a los auxiliares de los regidores porque anticipa una traición. Uno más, también de la tierra del zacahuil, responde a mentadas de madre una llamada en su celular. Relata más tarde que su interlocutor lo amenaza y pide dinero, posiciones y obras a cambio de su tranquilidad. “¿Por qué no das la cara, para saber con quién me voy a romper la madre?” dice el Presidente, cansado de los intentos de chantaje. También existen todavía los que se promocionan como si su gobierno fuera telenovela y promueven sus obras como si fueran milagros. Pero hacen algo y no hacen daño. Otros saben a lo que llegaron y cargan con naturalidad la tarea de gobernar para sus aliados y para el futuro. La pregunta es si esto, y los inagotables recursos por venir, alcanzan para enfrentar y vencer a los variados y diversos adversarios que se juegan mucho y todo en el 2009.
No hay dudas sobre la presencia y eficacia del Gobernador de Veracruz. Sin embargo, su llegada al 2012 no está exenta de riesgos, aunque en ellos él siempre descubre oportunidades. Y las elecciones del 2009 y las cuentas del 2010 son precisamente eso: la oportunidad de hacer de su gobierno un proyecto nacional. Para Veracruz, en medio de embrujos y augurios venturosos, además de amuletos hacen falta triunfos en el año que todavía no empieza y ya se vive a plenitud: el 2009.
Los enemigos de hoy no alcanzan la estatura del ejecutivo estatal, pero tampoco son los adversarios del futuro próximo. Estos siguen ahí, disputando liderazgos internos que los hagan candidatos externos. Así, en el Partido Acción Nacional se dirime el Comité Estatal entre los alfiles de los aspirantes modelo 2010. Esa es la batalla: entre pre-candidatos a gobernador más que entre candidatos a la dirigencia. En el Partido de la Revolución Democrática habrá cambio de Presidente Estatal y los matices entre candidatos no son menores. De cualquier manera, un partido tan enredado consigo mismo tiene dificultades para encontrarse en cualquier distrito, y tiene poco que dar y mucho que hacer entre el 2008, el 2009, el 2010 y el 2012. Muchos años, pocos votos. Vapuleados pero “legítimos”, es la consigna. Por su parte, el Partido Revolucionario Institucional tiene al dirigente que necesita para construir alianzas internas y externas, y al Gobernador que requiere para tiempos difíciles. Hoy, la empatía, la comunicación directa, el respeto recíproco y la conjunción de estrategias hace que esa relación sea benéfica para ambos y para todos. El reto parece ser que el vínculo no se convierta en cordón, nudo o atadura.
La carta fuerte es, sigue siendo, Fidel Herrera. Su gobierno, su presencia, sus palabras. Está en todas partes, todo el día, cada semana, todo el mes. Cuidadoso, medido, lo mismo festeja a la mujer que a la familia, igual apoya productores que impulsa la educación de calidad, en Zongolica suma kilómetros de caminos y carreteras y entre Xalapa, Perote y Veracruz construye un libramiento tan esperado como oportuno. Lo mismo ataja la huelga de la UV que la muerte en Alamo. Fidel sabe ser y estar. Hace las cosas cuando hay que hacerlas y a todas imprime un sello que por más que se imite no se iguala. De ahí sus porcentajes de aprobación. El riesgo es que ese porcentaje se convierta en el argumento de los lisonjeros.
Si ser joven es una virtud, ser eficiente debería ser requisito. Sus colaboradores no siempre colaboran, pero la memoria fotográfica y retención milagrosa del Ejecutivo hacen lo que algunos de su gabinete no pueden, no saben o no quieren. Y aunque es visible el aplomo en las finanzas, la confianza en la educación y la prudencia en el trabajo, parece necesario complementarlas con gobierno, desarrollo, comunicaciones y justicia.
Fidel Herrera podría prescindir de algunos Secretarios y apenas nos daríamos cuenta. Fidel va y llega a todas partes. Dispara órdenes, ideas e indicaciones. Corrige sobre la marcha y es el árbitro eficaz en disputas sin destino aparente. Debe armonizar múltiples fuerzas e intereses y en ocasiones su participación suena a intervención, que no es lo mismo ni es igual. Como gobernante no solo se encarga de lo esencial, sino también de lo accesorio. Con el riesgo que eso representa y que Fidel sortea un día sí y otro también. Pero el trabajo se multiplica, las implicaciones de su tarea y de su gobierno también y los adversarios al acecho crecen mientras esperan con paciencia tiempos menos intensos. Un solo descuido, una mínima distracción, y los enemigos empezarán a tener forma, cuerpo, nombre y apellido. ¿Se pueden minimizar los riesgos y maximizar las bondades del estilo fiel de gobernar? ¿Por qué no llevan la fidelidad a todas partes?
En cada distrito, en cada región, puede nacer una Consejo Regional para la Competitividad, un Pacto Regional para el Desarrollo y la Gobernabilidad, un mecanismo consensado con alcaldes, diputados federales y locales y sectores productivos en cada región de Veracruz. Un espacio para el diagnóstico educativo, con ventanilla única para gestión de becas, creación de Comités Regionales u Municipales de Educación, que permitan saber y cubrir cuales y cuántas escuelas necesitan rehabilitación, salones, baños, mobiliario, libros o maestros. Un acuerdo para la infraestructura, en el que se valoren y construyan caminos rurales, carreteras, puentes y vialidades. Un pacto para la productividad, con asesoría para la comercialización, incubadoras de empresas, créditos para apertura y para la producción y vínculos entre Universidades, Tecnológicos y pescadores, campesinos, productores de maíz, arroz, vainilla, cítricos, ganado y todos los que Veracruz producen. Un programa para la capacitación y homologación de policías municipales, para instruirlos a todos y alfabetizar a los que lo necesiten, para darles equipos y salarios dignos. Una estrategia para el desarrollo turístico, empresarial y comercial, con formación y créditos a micro, pequeñas y medianas empresas, apertura de ventanillas únicas para trámites, bolsas de trabajo y cursos de capacitación laboral. Cruzadas regionales por la salud, con clínicas itinerantes para diagnósticos y cirugías, con campañas de prevención, vacunación y erradicación de males y enfermedades. Con la organización de tianguis agropecuarios, ferias del empleo y promoción de emprendedores. El gobierno todo el tiempo, en todas partes. Cómo Fidel, con su vigilancia y en evaluación constante. Para detectar liderazgos regionales, para amplificar alianzas y estrategias en cada distrito, región y municipio, para hacer llegar a todas partes empleos e inversiones, para desterrar con más rapidez y eficacia la miseria insultante y dolorosa. Se fomenta, además, la participación ciudadana, el diálogo, la transparencia, la vigilancia y la rendición de cuentas, la descentralización, la integración regional, el ordenamiento territorial y la gobernabilidad.
Crear agendas regionales de gobierno permite acrecentar la presencia de la fidelidad en todo Veracruz, con resultados manifiestos en lo social, lo político y lo económico, a través de una creativa política de comunicación social, que acentúe los aciertos de la actual estrategia informativa. Existe un calificado Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado de Veracruz, la ley contempla los Comités de Planeación para el Desarrollo Municipal, hay en Veracruz organizaciones obreras, campesinas y populares, tenemos instituciones académicas de calidad, sobreviven organismos empresariales, organizaciones estudiantiles, de jóvenes y de mujeres. Todos, con ideas para el desarrollo humano, el desarrollo económico, el desarrollo sostenible y el rural, para dar impulso al turismo y a la agroindustria. Ahí están y de ahí son.
Los panistas, hasta hoy, a nadie le han dicho para qué quieren la Presidencia. Fidel, desde siempre, tiene claro para qué y cómo ser Gobernador. Llevar su gobierno a todas partes multiplica su efectividad, acredita responsabilidades y concentra mando, orden y gobierno en las manos que saben lo que se puede hacer con él: las de Fidel Herrera. Y, de paso, se construye el 2009, se consolida el 2010 y se empieza a escribir el 2012.
pmansainz @hotmail.com

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