lunes, 29 de septiembre de 2008

Es momento de dignificar la política

Javier Duarte de Ochoa *

En el marco de la Cumbre Empresarial Veracruz 2008, tuve el enorme privilegio de presentar al Ex-Presidente del Gobierno Español Felipe González.
Las reflexiones de Felipe González son hoy un referente obligado, que autoridades y ciudadanos estamos obligados a analizar.
Y es que cada determinado tiempo surgen momentos históricos en los que los sistemas políticos deben repensarse.
En esas ocasiones, las circunstancias sociales exigen líderes capaces de interpretar el sentimiento ciudadano y dirigir el cauce político hacia nuevas estructuras, que respondan a las demandas sociales del momento.
Este tipo de líderes, cuando surgen, son los que renuevan y generan un nuevo pacto social, los que reforman estados, los que ayudan a determinar nuevos parámetros de lo que implica ser ciudadano, así como la responsabilidad que implica defender la libertad en sus múltiples acepciones.
Este tipo de líderes resultan aún más singulares cuando eligen la democracia como método y vía irrenunciable para alcanzar los cambios sociales que persiguen.
Cuando por convicción abrazan la profundización de lo democrático. Cuando son capaces de amalgamar en una misma causa la búsqueda de igualdad social y cambio, con el compromiso del diálogo constante, fundamento central de la política, y el respeto a las diferencias.
Asimismo, dentro del marco de esta Cumbre Empresarial 2008, se le dio la bienvenida a uno de estos líderes que a lo largo de su trayectoria ha sabido conjugar diversos matices, característicos sólo de los grandes estadistas.
Un reformador, un luchador social, un demócrata, hombre de centro izquierda, y un importante teórico político: el Excmo. Sr. Felipe González Márquez, de quien se le reconoce y admira su trayectoria, desde sus inicios en el Partido Socialista Obrero Español hasta su nombramiento como presidente del Grupo de Reflexión sobre el futuro de Europa.
Sin embargo, hay algo aún más relevante que representa el legado de Felipe González para las generaciones venideras.
La certeza y el ejemplo de que centro izquierda y democracia no sólo son dos conceptos que pueden coexistir, sino que son complementarios. Caras de una misma moneda.
"Socialismo es la profundización del concepto de democracia", señaló el Ex Presidente González.
Su labor en este sentido es una guía importante no únicamente para Europa, sino para América Latina en su conjunto.
Nos enseña que la vía social que requiere el siglo XXI transita por senderos de respeto irrestricto a la pluralidad, de búsqueda del diálogo entre distintas visiones de lo que debe ser la política, de dinamismo económico, de participación en el ámbito internacional y sobre todo de una preocupación constante del Estado por mejorar las condiciones de equidad entre la población.
Estos son los signos distintivos de lo que implica un partido de centro izquierda moderno, renovado, y que constituyen el eje central del concepto de socialdemocracia que Felipe González ayudó a redefinir.
En el caso de América Latina, y México en particular, el horizonte social exige recordar estos principios.
En este país, y en estas latitudes, tenemos un gran compromiso por alcanzar una sociedad más justa en términos distributivos y más equitativos en participación social.
Por eso, hoy más que nunca se requiere de una visión de Estado socialdemócrata, que además de promover el respeto a la pluralidad y las minorías, entienda que una sociedad que busca la igualdad y el bienestar social va más allá de los sistemas asistenciales de combate a la pobreza.
El futuro que debemos buscar para este estado, y para México en general, tiene que trazarse bajo la premisa de que el bienestar colectivo esta fundamentado en la persecución de un orden social justo, que entienda la interdependencia entre las distintas regiones y realidades del país y considere el reajuste en sus desequilibrios, para alcanzar un concepto pleno de ciudadanía.
Las políticas públicas que requiere el México del siglo XXI deben tener estas coordenadas.
Un gobierno que se preocupa por corregir los desequilibrios sociales, consolida el concepto de ciudadanía entre su población, y hace de este concepto la fuente de la cual surge la equidad en la convivencia social.
Por esta misma razón, cuidar de la calidad de nuestra convivencia como estado y como nación resulta indispensable y es una de las condiciones que debemos de buscar junto con el equilibrio social.
Me refiero a la necesidad de dignificar el ejercicio de la política, por momentos devaluada por la sociedad y devolverle su papel como instrumento de cambio y transformación social.
Por lo anterior y como él lo ha señalado, es necesario que recuperemos la altura en el debate de los asuntos de estado, que por desgracia hemos perdido por la mezquindad y la trivializacion del debate en la arena de lo personal por sobre el interés colectivo.
El Futuro no es lo que era. La sociedad y la política tampoco.
Es deber de quienes tenemos la responsabilidad de lo publico estar a la altura del reto que la sociedad del conocimiento nos impone.

*Secretario de Finanzas y Planeación del Gobierno del Estado.
jduarte@sefiplan.gob.mx

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