Octavio Augusto Lara Báez
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La XETQ, una de las estaciones de radio más antiguas de Amplitud Modulada en la ciudad de Orizaba y la XEOV, han anunciado que a partir del mes de diciembre su señal no saldrá más al aire en AM, pues empezarán a transmitir en Frecuencia Modulada, por lo que preparan una última celebración de aniversario.
De esta manera, antes de lo previsto, la AM parece empezar a vivir sus últimos días en México, pues inicialmente se estimaba que tomaría unos cinco años que las primeras concesiones otorgadas para explotar el espacio radioeléctrico nacional, mudaran hacia la FM.
La histórica noticia se deriva del acuerdo emitido en septiembre pasado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que autoriza a concesionarios radiofónicos con estaciones de Amplitud Modulada a transmitir en FM, decisión que ha sido severamente cuestionada por especialistas como Javier Corral, presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, por grupos de radiodifusores independientes y culturales y por los partidos políticos, al considerar que favorece la concentración de los Medios de Comunicación en las manos de los mismos propietarios de siempre, los que son dueños de la mayoría de las radioemisoras comerciales. La medida es considerada también una forma de sometimiento del Estado Mexicano a los consorcios mediáticos.
Cierto es que la situación económica de muchas radiodifusoras de AM se ha vuelto crítica en los últimos años, al disminuir su nivel de ventas ante el embate de las nuevas tecnologías de transmisión de audio, contra las que no está en capacidad de competir en calidad. Sin embargo, también es cierto que la alta fidelidad de sonido no lo es todo y que el servicio que brindan las estaciones llamadas “viejitas” de AM en zonas marginadas las hacen imprescindibles para una cobertura más amplia de la audiencia.
En México hay 700 estaciones de AM y más de 470 de FM. De las primeras, se estima que 400 de ellas están en posibilidad de mudar a FM porque están ubicadas en regiones poco saturadas en el espectro radiofónico. No sucede los mismo con las 300 restantes, que están en las zonas metropolitanas, como la del Distrito federal y el Estado de México, Guadalajara o Monterrey, donde resulta muy difícil que haya alguna frecuencia disponible en el cuadrante de FM.
De acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Radios Independientes, el 66 por ciento de la publicidad radiofónica de México se transmite por FM y sólo el 34 por ciento por estaciones de AM y la tendencia sigue por ese rumbo, lo que ilustra el tamaño de sus dificultades económicas.
Por si fuera poco, hay detalles del acuerdo de la SCT que han provocado serias dudas sobre sus reales intenciones, por dos razones principalmente: Al permitir que los concesionarios operen dos frecuencias radiales por tiempo indefinido, incrementando sus ingresos publicitarios sin pagar por una segunda concesión en FM, lo que ha sido interpretado como una manera velada de resarcir a las grandes cadenas de medios por las restricciones en publicidad establecidas en la reforma electoral. Por otro lado, al establecer que la Secretaría de Gobernación sea la instancia gubernamental que dé su anuencia para permitir o negar la explotación de las dos bandas radiales, se genera discrecionalidad en el otorgamiento y se presta a prácticas de tráfico de influencias y corrupción.
Otra observación que han hecho es que el acuerdo de la SCT es una forma de preparar el camino para la imposición del sistema norteamericano de radiofonía digital IBOC, que opera en ambas bandas de radio, sistema que no ha sido determinado técnicamente como el más adecuado para esa modalidad en México.
Ante ello, las fracciones legislativas en el Senado, además de pedir que dicho acuerdo sea modificado para evitar esos errores, deberán afinan sus propuestas para una reforma y actualización de la Ley General de Radio y Televisión que otorgue certeza a la sociedad sobre el funcionamiento de los medios.
Por lo pronto, si las cosas continúan por este rumbo, probablemente México llegue a ser el primer país del mundo en desaparecer la radio de AM, con lo que moriría toda una época romántica de la radio del país, dando paso a la moderna tecnología de las comunicaciones pero que estaría favoreciendo el funcionamiento de ese medio en condiciones de inequidad, monopolio, concentración y falta de democracia, de no llegarse a una verdadera reforma integral del marco jurídico y regulatorio bajo el que operan la radio y la televisión en México.
En cualquiera de las modalidades existentes, incluida la radio digital, la satelital o por la internet, la radio deberá continuar sirviendo a la sociedad mexicana como lo ha hecho siempre, desde 1920 en que surge en el país, como un medio de comunicación abierto, efectivo y económico, que presta una importante labor social, como enlace con las poblaciones más remotas y en condiciones de desigualdad, que sirve de vehículo a las ideas expresadas por medio de la palabra hablada, sin más límite que nuestra imaginación.
olarabaez@hotmail.com
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