Raúl Abraham López Martínez*
Coyuntura Política XXI
Poco tiempo les duró el gusto a los amigos del presidente municipal en su fallida intentona por hacer negocios a costa de la legalidad y del bolsillo de los habitantes de la ciudad. El descontento en contra de la empresa “Servicios de Vialidad de Xalapa”, cuyos propietarios son Carlos Nachón, Antonio Ballesteros Grayeb y Carlos Ferráez Cortés, creció a tal magnitud, que generó un consenso social de rechazó ante la presencia de estas grúas que de un momento a otro se convirtieron en el enemigo número uno de la ciudad.
Las movilizaciones y el conato de violencia que el día martes protagonizaron distintas organizaciones de trabajadores del transporte en Xalapa, la mayoría vinculadas a la CTM y al PRI, y una de ellas al Frente Amplio Social de Veracruz, marcaron el momento culminante del descontento social en torno al asunto de las grúas.
A la luz de estos acontecimientos, a David Velasco no le quedó de otra que dar marcha atrás a las medidas que él implementó. Sumando otro episodio de conflicto en el ámbito de la gobernabilidad democrática municipal con la marca Velasco Chedrahui.
Con el propósito de mejorar las relaciones entre el gobierno municipal de Xalapa y sus ciudadanos, en lo personal, lejos de festejar otra derrota del presidente municipal, me parece oportuno valorar la lección política que podríamos obtener de estos hechos.
Es importante identificar que el presidente municipal actúo de manera unilateral, personalmente promovió desde su esfera de poder, sin mediar proceso de consulta alguno, que las grúas salieran a las calles para amedrentar a la población.
Con ese método personalista, Velasco Chedrahui evidencia una grave deficiencia en el desempeño de la función pública, no es un asunto nuevo, pero este tipo de ejercicio de gobierno tiene que cambiar. Ya sabemos a donde nos conducen esta manera de tomar las dediciones, al conflicto y al desgaste entre la ciudadanía y el gobierno municipal. Esto es lo que hay que evitar, no es posible que se desaten estas situaciones por privilegiar una limitada forma de gobernar la ciudad.
En asuntos sociales y políticos, el método puede cohesionar o dividir, ya está más que demostrado a nivel empírico en el caso de Xalapa, insisto en que esta situación ya no puede perdurar, en Xalapa hay prioridades que se tienen que atender a la de ya.
Está tiene que ser la gran lección para Xalapa, el método del presidente funcional para gobernar la ciudad ya mostro sus limitaciones, si David Velasco quiere gobernar con estabilidad, tiene ante sí, el reto de salir de su capsula de amigos y desempeñar una genuina función publica, que le permita configurar objetivos y acuerdos compartidos con una amplia gama de actores que dan vida a nuestra ciudad.
*Director de la revista digital Voz Universitaria
www.vozuniversitaria.org.mx
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