domingo, 6 de septiembre de 2009

La noche del Sábado

Fernando Hernández
El Marcaje

Es domingo y pasa del mediodía. La cabeza gira y gira sin sentido. Volteo y porto una playera verde con rojo, ya bastante maltratada por las recientes horas. ¿Pus qué pasó? ¡Ouch! No se siente bien moverse tan rápido.
Alrededor muchos hombres caídos. Como si una recia batalla se hubiera librado. Todos con los mismos matices tricolores en el pecho.
Pareciera 15 de septiembre. Sombreros, banderas de México, hasta un jorongo tirado por ahí; caballitos y botellas de tequila regados por el piso de la habitación. ¿A poco ya fue el grito?
Y de repente aparece en mi mente un alarido: “Giovanni, Giovanni, dispara, ¡goooooooooooooooool!”. Flashazos en mi cerebro nada más, pero poco a poco empiezo a hacer memoria.
Qué noche la de anoche. Se hizo historia. México no sólo fue a Costa Rica a ganarles en el Ricardo Saprissa sino que les pegó un baile, al grado que la afición tica se salió del estadio a falta de 20 minutos para acabar el partido. Bueno un 3-0 en contra y en casa sí cala y bastante hondo.
Cómo no se iba a festejar. Triunfo de fin de semana por la noche, convincente, rotundo y que hacía falta para reubicar al Tricolor como el que debe mandar en la Concacaf.
Gio y Cuau volvieron a ser las bujías, los cerebros, aunque en las anotaciones aparecieron Guille y Guardado para acompañar el tanto del hijo de Zizinho.
Aparecían las llegadas y caían los goles, pero a la par circundaban las chelas por las mesas. Aunque no conocieras a nadie en el botanero tú compartías opiniones con todos. Al fin y al cabo en este país, por cada mexicano hay un técnico.
“Saca al Guille”. “¿Por qué no llamas a Sinha?”. “Vasco haz cambios”. En fin, de todo, pero cayeron los goles y fin de las quejas. “Eres lo máximo” terminaron diciendo.
Tras 90 minutos de futbol, anotaciones y patadas desesperadas de los ticos a celebrar. Los antros estaban repletos, en unos abrieron temprano para ver el partido ahí. A la medianoche ya había unos descamisados en pleno baile aunque la música fuera de lo más fresa.
Playeras verdes por doquier, yardas, chelas, pomos, de todo. El pretexto ahí estaba y ayudados porque la lluvia perdonó su caída en muchas ciudades.
Al final de la jornada, un camastro, una colchoneta, botanas en la panza y grupos de aficionados en casas con la continuación de la fiesta hasta el amanecer. Los sitios de barbacoa, pozoles, menudos y demás, tuvieron trabajo extra ayer domingo, pero valía la pena y ahora hay que prepararse para el miércoles, que hay que ir por Honduras en el Azteca.
Hasta la vista.
fhernandez1980@gmail.com

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