Elizabeth y Américo

Salvador Muñoz
Los Políticos

Tengo dos amigos que hoy, una disputa electoral parece confrontarlos.
Se trata de Elizabeth y Américo.
A Elizabeth tendrá como unos quince años que la conozco. Alguna vez tomamos un café y quizás hasta bailamos salsa… ¡excelente bailarina!
Antes escribía una columna en el periódico de Yayo, Política, que adornaba, si no mal recuerdo, la contraportada… no recuerdo el nombre de su columna.
La seguí después en radio y televisión con su programa “Usted no está solo” pero creo que tenía antes otro nombre.
A Américo lo conocí hace cinco años aproximadamente, tras una entrevista que le hice. Encontré en él a un muchacho serio, educado, formal pero sobre todo, buena persona, como su padre.
Guardo mucha estima para los dos.
Aunque hace unos meses se decía que Elizabeth podría ser candidata a la diputación y Américo para la alcaldía, hoy, después de una encuesta que sacara Andrés Beceiro a través de Parametrías, el escenario es otro…
Desde un simplista razonamiento lógico, cualquiera diría que Elizabeth Morales es la candidata natural a competir por la alcaldía y Américo por la curul.
Apoyándonos en ese razonamiento, bien podría decirse que, en términos de popularidad, Elizabeth lo es más que Américo.
Aunque, por supuesto, está demostrado que muchas veces el ser popular no implica el ser mejor preparado, verbi gracia Juanito, “Celastiro” Rivera, Joel Arcos y un sinnúmero de representantes populares que, usted, de seguro, ha de tener en mente.
Y sí, pudiera decirse que en términos de preparación política Américo está mejor posicionado que Elizabeth bajo un criterio muy simplista en el que se apoyan los amigos de Zúñiga Martínez:
Américo supo lidiar con las fuerzas básicas del empleo: los sindicatos y parece, sólo parece, que salió siempre triunfador en estos cinco años al frente de la secretaría del Trabajo y no es lo mismo enfrentarse a problemas de tipo sindical que a regalar cosas, conseguir cosas, o como peyorativamente se refieren a Elizabeth: ser “Mercader de desgracias”.
Si bien son respetables las observaciones que cada quien tenga de su preferido, bien vale la pena comentar que la ex diputada federal pudo conseguir en su etapa como cabeza de comisión del Deporte en San Lázaro, mayores recursos para esta área, cosa que desde hace muchos años, nadie había logrado, es más, era considerada una de las Comisiones “caquitas” que nadie quería en el Congreso de la Unión.
Algunos fidelistas refieren a Américo como un político preparado, que sin lugar a dudas, lo es; esos fidelistas se refieren a Elizabeth como “improvisada”, cosa que difiero. Ambos son preparados, en diferentes arenas, en diferentes campos.
Pudiera decirse que Américo vive su circunstancia, mientras que Elizabeth crea su circunstancia.
Habría que ver qué dice don Guillermo Zúñiga; conocer al político, no al padre; saber qué dice su priismo, ante la eventualidad de que su hijo participara, si sería capaz de razonar sin que le gane el síndrome de “papá cuervo”.
Similar papel debiera tenerse y conocer de don Eligio Morales, “el hombre verde”, padre de Elizabeth, priista de hueso colorado. Saber cómo piensa desde el punto de vista del militante, del priista viejo, sabio, si igual no le gana el amor de madre “que no se fija en chingaderas”…
Y además de eso, conocer el opinar de los otros priistas xalapeños (¡Ojo! se descartan los fidelistas xalapeños porque la mayoría están ciegos), como Dalos, Enríquez Ambell, Jaime Cisneros y muchos más que, desde su trinchera, siempre han apoyado al PRI.
Entonces, realmente no sé quién de los dos quede como candidato a presidente municipal del tricolor… lo terrible sería que quedara ninguno de los dos, con eso de que en el partido se vive una perversión total en estos momentos de “querencias” y “aspiraciones” contra “pago de facturas” y “caprichos”…
Buena suerte a Elizabeth, buena suerte a Américo… igual, ¡cuentan con mi apoyo sincero, sin tapetes ni besamanos! Y sobre todo ¡gratis! Porque yo sí me considero su amigo.

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