jueves, 8 de julio de 2010

El sabor de la derrota

Salvador Muñoz
Los Políticos

Hay que reconocerle algo a Miguel Ángel Yunes Linares… es un gato panza arriba.
A ojo de los ciudadanos se ensalza la victoria de Javier Duarte a un estilo romano… es decir: con arcos de triunfo.
¿Válido?
Creo que sí, porque no conozco Ley que diga que ningún candidato a puesto de elección popular emita declaraciones triunfalistas una vez pasado el proceso electoral y sin que haya resolutivo por parte de la autoridad competente, en este caso, el Tribunal Electoral de Veracruz.
Es decir: quien siente, percibe, o tiene los pelos de la burra en la mano, puede decir que ganó.
El que no, pues no.
La estrategia, entonces, es romanizar.
Me explico:
Cuando Roma vencía a un pueblo, la acción inmediata era integrar a los vencidos, a la gente, a la sociedad, como parte del imperio, es decir, que se sintieran romanos.
Si no mal recuerdo, condescendían los triunfadores en que los vencidos mantuvieran sus creencias, sus leyes, sus costumbres… con que pagaran impuestos, bastaba y sobraba.
Otra acción era hacer un arco del triunfo.
Muy independientemente de honrar a los grandes militares, era como un recordatorio y una invitación.
Se ponían a la entrada de una ciudad para recordarle al que llegaba o salía que era territorio romano que pisaba o que dejaba.
Pero lo más importante de ese Arco, era pretender que la gente se sintiera parte del imperio, se sintiera romano, se integrara a la gran Roma… era la invitación.
¿Por qué?
Por una razón muy sencilla… evitar levantamientos.
Al lograr eso se soslayaba el desgaste de soldados, el desplazamiento de legiones, y sobre todo, pérdida de impuestos.
Por eso ahora la estrategia del Arco del Triunfo en el equipo de “aliados” de Javier y Fidel: Tenemos un gobernador y es Duarte de Ochoa.
Que falta que el Tribunal lo dé por hecho, es lo de menos. El asunto es que los veracruzanos asentemos y aceptemos que nosotros decidimos ya a un ganador y es Javier Duarte de Ochoa.
¡Vaya! El arco del triunfo se está construyendo para que, antes del quince de agosto, todo indica, el Tribunal sólo sea complemento.
Parece que no hay nada que impida su arribo… acta por acta, gana… voto por voto hemos de suponer que también aunque sea más tardado.
Entonces ya tenemos a un ganador y en la lógica a un derrotado.
La segunda estrategia es la del escarmiento. No, no se va a crucificar a nadie… sólo colocar a Yunes Linares como el eterno perdedor, el gran “luser”, el que no gana ni un volado al merenguero… perdedor como candidato a diputado federal; perdedor como presidente del PRI estatal; perdedor como asesor de Buganza en la antepasada contienda electoral en Veracruz y perdedor en ésta…
¿Qué le queda a Yunes Linares?
Pelear como gato panza arriba antes de sucumbir…
Y ver si en su derrota, en su caída, con la cara al sol, logra lo que un gran gladiador busca en su muerte: Llevarse entre las patas al menos a uno…
No ahorita… porque faltan las elecciones en el 2011 en el Estado de México. Como le vaya a Peña Nieto, es que le encontrará sabor a su derrota… mientras, pierde.

e-mail: dor00@hotmail.com

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