lunes, 25 de octubre de 2010

Hechos aislados

Luis Alberto Romero

Luego de que el presidente Calderón hablara sobre la responsabilidad de las autoridades estatales y municipales en la lucha contra la delincuencia, y señalara que algunos estados ven pasar al narco y se hacen a un lado: “miran y se agachan” (así, como las mujeres de Pénjamo), el dirigente del PRI en Veracruz, Ranulfo Márquez Hernández, intentó desmarcar a nuestro estado y ubicarlo al margen de ese problema. Dijo que los hechos violentos de Veracruz son “aislados” y que no se trata de un problema frecuente.
Tonicho, como se le conoce en el ambiente político, ofreció una conferencia de prensa, en la que apuntó que el problema de la violencia del narco no registra niveles alarmantes como en otras entidades de la República.
Señaló que en otros estados, los hechos violentos son permanentes y que aquí no tenemos esos niveles de crimen organizado.
Dijo que lo ocurrido la semana pasada en la zona norte del estado –Poza Rica y Tuxpan– donde un comando armado atacó a granadazos, a las fuerzas del orden, fue un mero hecho aislado porque “Veracruz es un estado seguro”.
Lo que pasó a finales de agosto en Pánuco, donde se registró un intercambio de disparos por más de doce horas entre militares y presuntos sicarios, también es un “hecho aislado”, en la lógica de Ranulfo Márquez.
La ola de violencia, las frecuentes amenazas y las extorsiones contra empresarios y profesionistas de Veracruz son también “hechos aislados”…
El problema, evidentemente, pasa también por autoridades que ven los índices de violencia provocados por la delincuencia organizada como un asunto distante, como algo que se ubica sólo en los estados fronterizos, y que desestiman su impacto en Veracruz. Como si nuestra entidad fuera una ínsula que no se ve afectada por los problemas de resto del país. No, a estas alturas, no se puede hablar de “hechos aislados”, porque para serlo, son demasiado frecuentes.
Tampoco puede salir Ranulfo, con el mensaje a Calderón de que “si no puede, que no reparta”, porque lo deseable de las autoridades estatales es que asuman su parte de responsabilidad en un problema que no es sólo de nuestra entidad, sino de todo el país.
Por otro lado, ante las declaraciones de Calderón sobre el desinterés de algunos gobernantes en la lucha contra la delincuencia organizada, no tendría Márquez Hernández que ponerse el saco y asumir la defensa de Veracruz porque se supone que aquí el gobierno no “mira y se agacha”, ¿o sí?
Por lo demás, declaraciones como esa de los “hechos aislados” sólo dan pena, porque el norte de Veracruz vive en la incertidumbre permanente. La gente de Pánuco, por los límites territoriales con los estados de Tamaulipas y San Luis Potosí, se mantiene temerosa porque sabe que en cualquier momento, su municipio volverá a convertirse en campo de batalla. En Poza Rica y Tuxpan, por otro lado, el granadazo y la balacera de la semana pasada generaron un ambiente de tensión y psicosis colectiva. Ayer, por ejemplo, las fuerzas armadas desarrollaron un operativo que podría considerarse “de rutina” en la avenida 20 de Noviembre de esa ciudad petrolera; la población entró en pánico y muchos comerciantes prefirieron bajar las cortinas. A todos ellos habría que decirles que no hay porqué preocuparse, se trata sólo de “hechos aislados”.

luisromero85@hotmail.com

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