miércoles, 29 de diciembre de 2010

Factura Electrónica

Brenda Caballero
Números Rojos

Sin duda alguna tardé más de lo normal en la farmacia y no porque hubiera mucha gente comprando antigripales o porque estuvieran pagando becas (que por cierto aún están pendientes) sino porque al pagar, la cajera tenía dudas sobre el nuevo sistema implementado en el negocio: la Facturación Electrónica.
Para poder tranquilizar los nervios que se apoderaban de ella, pues se iban acumulando personas en la fila, nos dijo que estaba esperando la aprobación para que se generara el comprobante fiscal, comúnmente lo que conocemos como “tiket de compra”, pues es una operación un poco tardada ya que su sistema aún estaba a prueba.
Al parecer antes de iniciar 2011 algunos negocios ya están implementando pruebas para el dolor de cabeza de los evasores fiscales: la factura electrónica.
Le cuento: el Sistema de Administración Tributaria (SAT) va a implementar a partir de este 1° de enero de 2011 una forma para evitar que las personas físicas y morales mientan sobre los ingresos que perciben, además de que presenten facturas apócrifas y con ello no paguen los impuestos que les corresponden.
En pocas palabras: Hacienda está peor que Big Brother, pues aparte de saber cuánto dinero tiene usted en el banco, ahora sabrá cuánto compra, qué compra y a quién compra, ya que todas las operaciones mayores de dos mil pesos ingresarán a su sistema electrónico para ser registradas y aprobadas, cual “pareja celosa” en busca de pistas para recriminarle, perdón para cobrarle impuestos.
Así que si en este año usted presentó su declaración anual 2009 reportando ingresos acumulados superiores a cuatro millones de pesos (aproximadamente existen 280 mil contribuyentes), ¡está adentro! Adentro de la obligación de la facturación electrónica.
Y si no le llegó a los cuatro millones todavía puede seguir expidiendo facturas de papel, “por el momento”, claro, pues según el SAT, hay que contribuir a ahorrar papel hasta por 579 millones de pesos, ¡qué ecológicos nos salieron!
A ciencia cierta, era lógico que tomaran medidas al respecto, pues según datos de su institución, por facturas impresas falsas, de 2006 a 2008, provocaron una evasión de impuestos aproximados a los 38, 925 millones de pesos.
Aunque desgraciadamente estas medidas no son buenas para todos. ¿Ha pensado cuántas personas tienen y manejan computadora en nuestro país? ¿Cuál será el costo para las personas de la tercera edad y las que practican algún oficio? ¿Qué pasará con las principales afectadas, “las imprentas” y el personal que trabaja en ellas? ¿Y aquellas zonas que no cuentan con Internet ni con energía eléctrica?
Sin pensarlo, puedo afirmar que las imprentas, que en su mayoría se sostienen por la impresión de facturas en papel, en este mes han de haber tenido mucho trabajo, pues algunas personas o empresas mandaron a imprimir facturas en aras de mantener su “tranquilidad fiscal” hasta diciembre de 2012 (fecha límite para utilizar comprobantes impresos).
Pese a los beneficios y facilidades del formato electrónico, de 2005 a septiembre de 2010, sólo 45 mil de los 6.4 millones de contribuyentes emisores de facturas que hay en México habían cambiado a la nueva modalidad; y de los grandes contribuyentes que venden más de cuatro millones de pesos, sólo 13 mil emiten un comprobante digital electrónico.
En fin, creo que el SAT tiene un nuevo propósito de año nuevo: “recaudar más impuestos a como dé lugar”… no importa los daños a terceros, el chiste es recaudar, recaudar y recaudar…

brendacaballero1@hotmail.com

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