viernes, 14 de enero de 2011

Casa Blanca... un día después de la balacera



Plomo en la mente, no en la cabeza
*Xalapeños dividen opiniones; psicosis, culpa del gobierno y medios
*Negocios cierran, escuelas suspenden actividades, la gente se “guarda”
*No estamos acostumbrados a eso, dicen los vecinos de la colonia


Miguel Ángel Gómez Polanco
La Otra Xalapa

Xalapa se vistió de confusión; la otra Xalapa, sacó a relucir su naturaleza, matizada por el temor, el disgusto, la resignación. La noche del 13 de enero y madrugada del 14, marcará el futuro próximo de una ciudad que no acostumbra sentir miedo por hechos como los acaecidos al inicio de este 2011. “No sabíamos cómo reaccionar; esas cosas no pasan aquí. Nuestros temores normalmente eran por no quedarnos sin agua o en el peor de los casos, porque no nos fueran a asaltar y nos quitaran nuestro celular”, afirma Adela Guzmán, vecina de la colonia Lomas de Casa Blanca; asentamiento circunvecino al área donde se presentó la ya célebre “balacera”.
Y es que la cara de la ciudad, cambó radicalmente. El tráfico vehicular disminuyó considerablemente, así como la presencia de ciudadanos en todos los puntos de la urbe. “A mí me llegó un mensaje de que estaba habiendo otra en Ávila Camacho, a la altura del Bicentenario. Pero yo iba pasando por Ursulo Galván en ese momento y no escuché nada”, cuenta Luis Alcazar, trabajador de una dependencia estatal que camina rumbo a su casa, en Lomas de Casa Blanca.
“El área está acordonada, sólo te dejan pasar si compruebas que vives ahí, con la credencial de elector. Yo vivo relativamente cerca de la calle Cañón del Colorado y me tocó escuchar los disparos, pero cuando se dejaron de oír, nadie salió de sus casas ¿cuándo ibas a ver eso en Xalapa?”, cuestiona Luis. Posteriormente, al cuestionársele sobre la sensación de la “tensa calma” vivida al día siguiente en la capital veracruzana, Luis no duda en aseverar que esto se debe a la ingenuidad de la población como consecuencia de acciones en las que ignoran cómo actuar.
“Me parece que lo feo pasó el jueves. El problema es que al no estar acostumbrados a una situación así, no falta la gente que le da más importancia de la debida y provoca pánico en los demás. Clara muestra es ese mensaje que te digo, de una balacera que nunca existió. Nadie se pone a pensar en lo peor que están ciudades como Juárez o Tepic, donde estas cosas ya son parte de su rutina y sólo se muestran precavidos, sin histerias”, opina Luis sobre la actitud “involuntariamente sicótica” demostrada por la sociedad xalapeña al día siguiente de los acontecimientos.
No obstante y a pesar del hermetismo de las autoridades presentes en la zona, los habitantes se incorporaron a sus actividades cotidianas durante el transcurso del día, pues resignados ante la ausencia de información de primera mano, se conformaron con lo que los medios de comunicación poco a poco fue soltando. “En los medios se han visto tantas cosas, que ya ni vale la pena prestarles tanta atención, sobre todo quienes vivimos en perímetro que se cerró. Unos dicen que el gobernador negó la presencia del crimen organizado, otros que la alcaldesa dijo que en esta ciudad no hay cabida para la delincuencia, otros hasta que se escucharon nuevos disparos hoy (viernes). Hay mucha irresponsabilidad en muchos medios, por eso mejor nosotros nos dedicamos a seguirle como siempre, encomendados a Dios”, afirma tajante Elizabeth Ortigoza, vecina de la colonia Higueras; otra de las colonias aledañas a donde se generó la mayor actividad.


Pérdidas económicas por pánico generalizado
Asimismo, el miedo se hizo presente en algunos negocios; unos por el cierre de sus locales y otros, por la resentida ausencia de consumidores en diversas zonas. Por ejemplo, comerciantes de la Plaza Clavijero se dijeron preocupados por la notable baja en sus ventas, algo que también perjudico a la mayoría de los establecimientos ubicados en el centro de la ciudad y por supuesto, a los que se localizan en la zona de Plaza Crystal y la carretera rumbo al Castillo.
Sobre lo anterior, Raymundo Arista; vendedor ambulante que habitualmente se coloca en la zona conocida como El Peñascal, afirmó que aunque lo que él vende no cuenta con una regularidad de ganancia, lo ocurrido en la zona cercana a su puesto lo acabó por completo. “La artesanía se vende poco, pero con esto no se vende nada. Me voy a tener que cambiar a alguna otra parte o de plano, irme a mi casa y esperar a que todo vuelva a la normalidad”, asegura el comerciante callejero.
Por su parte, un empleado de conocida cadena de farmacias que cuenta con una sucursal en la caótica zona de los balazos, opinó que su labor no se vio severamente truncada por los hechos, aunque reconoció que la actitud de la gente sí cambio al grado de incomodar. “Pues la gente anda bien paranoica; tal vez con justa razón, pero vienen, compran y se van rapidísimo. Luego hasta se enojan de que los hagas esperar por que no tienes cambio o cosas así”, afirma el trabajador.
Finalmente, en un establecimiento de la plaza comercial ubicada sobre la avenida Antonio Chedraui Karam, el único cliente presente comentó junto a los empleados de la misma que la ciudad vive algo que nunca había pasado y por eso no se atreven ni a salir de sus casas. “Es una actitud obvia, el ser humano le teme a lo que desconoce. En Xalapa no es normal ver este tipo de cosas y por eso, la paranoia puede llegar inducir en las personas temor hasta por lo que consumen”, considera el comprador, a quien le secunda una trabajadora afirmando que “por lo menos el tráfico que normalmente aquí es insoportable, bajó, pero no se vale que sea a costa del miedo de la gente. Tantas cosas que escucha uno, que te juro que si por mi fuera, ni a trabajar hubiera venido”.


Ciudadanos piden tranquilidad y estar bien informados
Para concluir, algunos de los entrevistados en la zona, así como en la medianía con el centro de la ciudad, manifestaron su deseo de contar con información veraz y objetiva por parte de las autoridades municipales y estatales, así como de los medios de comunicación, pues consideran que es la única manera de juzgar qué tan tranquilos pueden estar. “Parecemos ratitas de laboratorio. A algunos nos saturan y a otros nos confunden. Que no me vengan con que estas cosas no son obra del crimen organizado, eso sí. Lo son y se entiende que así sea, pues es algo que afecta a todo el país, pero ojalá la gente procurara estar más informada y no paniquearse sin razón, pues bien informados podemos estar tranquilos, siempre y cuando quienes dan esa información lo hagan bien”, concluye Alberto Solís, transeúnte de la calle Independencia de esta ciudad.
Es así como la otra Xalapa se deja ver en plenitud, mostrando sus temores y desconfianza, por lo que desde este espacio recomendamos los lectores y sociedad en general guardar la calma y mantenerse al tanto de los mensajes emitidos por las autoridades pertinentes y los medios de comunicación, para no entrar en estados incómodos que dificulten la percepción sobre los hechos que se presenten en este otros temas que a toda la ciudad le interesan.

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