martes, 22 de marzo de 2011

Atención a víctimas del delito

Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Místicos y Terrenales

El sábado 19 de marzo, se dieron varios bloqueos carreteros en los alrededores de las ciudades de Veracruz, Boca del Río y Xalapa, supuestamente en protesta contra los incrementos de precios de los combustibles, principalmente, según la versión oficial que se difundió en un principio.
Pero este 21 de marzo el comandante de la III Zona Naval, Guillermo Colina Torres, dijo que los bloqueos fueron patrocinados por la delincuencia organizada y por eso quienes los realizaron protestaban contra la presencia del ejército y la marina en las calles, pero sobre todo por los “daños colaterales” causados por estas instancias castrenses entre la población civil.
La versión se difundió primero en Twitter, donde también se mencionó que era una veintena de mujeres que reclamaban un “no a la pederastia, violación y alza a la gasolina”.
Gerardo Buganza, el Secretario de Gobierno de la actual administración, dijo que los bloqueos habían sido promovidos por transportistas que protestaban contra el alza de las gasolinas; Agustín Basilio de la Vega, delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en cambio refirió que las protestas fueron por la tala inmoderada de los bosques y la violencia contra las mujeres, entre otras causas.
Lo difuso de las protestas, y la falta de identidad de los organizadores de las mismas, al menos hacia la prensa, incrementaron la percepción de que se trataba de bloqueos precisamente relacionados con el combate al narcotráfico.
La aseveración del jefe naval trae de nuevo el tema y nos acerca como estado, a una situación vivida con múltiple violencia en Monterrey y Guadalajara, donde se han presentado narcobloqueos, pero estos para realizar acciones de ataque de grupos delincuenciales.
Y en este sentido cae directo el mensaje pronunciado por el Gobernador Javier Duarte, este 21 de marzo en Poza Rica, en la ceremonia de conmemoración del aniversario de Benito Juárez: Vivir en un estado de leyes es vivir con orden, certidumbre, con seguridad y es también tener la mejor garantía para la paz.
Su mensaje es en referencia al ideal de Benito Juárez, pero es precisa para este momento.
Por lo pronto las declaraciones del Comandante de la III Zona Naval hacen voltear los ojos a una realidad: la confianza de la población hacia las fuerzas armadas del país se ha mermado.
Los “daños colaterales” se han documentado y se ha demostrado que las acciones del combate a la delincuencia tienen repercusiones entre la población civil, la cual se resiente más cuando la misma proviene de las instituciones que se supone deben cuidar del bienestar de la población.
Para el ejército y fuerza aérea se creó la Unidad de Vinculación Ciudadana, la cual busca crear acercamientos entre las fuerzas armadas y la sociedad en general para buscar la solución a los conflictos ocasionados por la presencia militar en las calles.
Lo malo es que esta UVC poco se ha visto en su actuar, tanto que del 21 de junio del 2010, cuando se creó por decreto presidencial, al 14 de febrero de este año, sólo había atendido a 14 familias, ninguna de Veracruz, aún cuando aquí se han dado diversas protestas por acciones de elementos del ejército en contra de la población civil, sobre todo cuando estas han recaído en personas que nada tienen que ver con la delincuencia.
Cierto es que en Veracruz las acciones de las fuerzas militares no son tan sonadas como en otras partes de la república, pero las mismas existen.
Las fuerzas armadas deben incrementar pues, su atención a la ciudadanía, e incluso propiciar un incremento en sus rangos de acción de la mencionada UVC, para que la misma pueda prestar también atención a las víctimas del delito.
Para este último punto puede considerarse incluso el crear un fondo especial con los recursos provenientes de las confiscaciones que se hacen a la delincuencia de bienes y dinero.
Si las fuerzas armadas quieren recuperar la buena imagen, deben tomar medidas más allá de sólo enfrentar a los delincuentes a balazos; la sociedad, si no confía en sus guardianes, no se volverá tampoco su red de apoyo.
Por eso es que algunos grupos de delincuentes son los promotores de mejoras sociales y comunales en los sitios donde viven.
Esto no es nada nuevo, e incluso es un elemento esencial de estrategia militar.
En fin, los místicos de las fuerzas armadas deben decidir si continúan propiciando acciones que incrementen el demérito de imagen del ejército, fuerza aérea y armada de México, o si recomponen la figura e incluso buscan liderazgo social.
Por lo pronto vale la pena reiterar la frase pronunciada por el Gobernador: Vivir en un estado de leyes es vivir con orden, certidumbre, con seguridad y es también tener la mejor garantía para la paz.

No hay comentarios: