viernes, 8 de abril de 2011

Impunidad

MariCarmen García Elías
Animalia

En estos días se han presentado dos casos aberrantes de abuso de autoridad en Veracruz en donde urge la intervención de funcionarios estatales competentes en materia de protección animal y ambiental que castiguen a los responsables bajo los lineamientos de la Ley Estatal de Protección Animal aprobada recientemente.
El primero de ellos sucedió en Río Blanco donde dos policías con consentimiento del “dueño” mataron a golpes en la vía pública a un perro que supuestamente mordió a una persona cuando lo único que hacía era jugar, estos sujetos amparados en su uniforme y cargo molieron a golpes a este indefenso animal hasta matarlo, lo peor de este caso es que cuando una reportera de un periódico de circulación estatal les preguntó al alcalde y al regidor del área qué harían para castigar a los responsables de esta crueldad, ambos dijeron desconocer la ley de protección animal y todo quedó como si nada, demostrando que para ocupar un cargo público a los funcionarios se les perdona la ignorancia y la incompetencia. De por sí los ciudadanos les tememos a la policía más que a los delincuentes y con estas acciones peor.
El otro caso sucede una vez más en Tlacotalpan donde varios ciudadanos, que prefieren permanecer anónimos, me han enviado correos electrónicos reportando que por instrucciones del alcalde Hilario Villegas Sosa, hay redadas para envenenar a los perros callejeros por las madrugadas. Si quien está detrás de esto en realidad es el Alcalde, vaya forma de querer solucionar la sobrepoblación canina y que poco valora el trabajo de rescate que protectores de animales hicieron el año pasado con las inundaciones donde salvaron cientos de perros con y sin dueño.
El Munícipe tal vez ignore que hay otras formas de resolver esta situación, como son las esterilizaciones masivas donde con un presupuesto bien empleado se pueden esterilizar cientos de animales que en un mediano plazo dejarán de reproducirse y con ello evitar muchos problemas, además de poner el buen ejemplo a los niños que con estas acciones están asustados por sus mascotas que por la noche salen a caminar, estaría también respetando la ley estatal de protección para los animales que por lo que se ve desconoce. Esperemos que en ambos casos actúen las autoridades estatales facultadas para operar en este tema.
Por otro lado, a nivel internacional nuevamente el Gobierno de Canadá anunció su decisión de aumentar el número de focas que podrán ser cazadas este año, medida que organizaciones de protección de los derechos animales criticaron y calificaron de absurda. La caza comercial de estos animales es una controvertida práctica. Desde hace años, Estados Unidos prohíbe la importación de productos derivados de focas no así Hawai donde ya se envían productos de focas.
Tras una intensa campaña por parte de organizaciones de protección de los derechos animales, el Parlamento Europeo (PE) ha prohibido el comercio de productos derivados de las focas salvo cuando estos procedan de la caza tradicional que practican los inuit (los indígenas del Ártico).
Las autoridades canadienses argumentan que la cacería es humana, sostenible y bien manejada. Lo cierto es que de humana no tiene nada esta cacería, de hecho ninguna cacería puede considerarse humana, toda evidencia disponible, incluyendo reportes veterinarios y observaciones independientes, indican que cada año miles de crías de foca mueren de manera inaceptable e inconsistente con los estándares contemporáneos de protección animal.
Año tras año, observadores reportan abusos tales como enganchar y arrastrar a focas vivas a través del hielo que inmediatamente se torna de color rojo por la cantidad increíble de sangre que pierden las focas , focas apaleadas o que se les dispara que son dejadas a que sufran sobre el hielo y focas desolladas aun conscientes. Y mientras todos los reportes veterinarios más recientes recomiendan reducir el sufrimiento de las focas, sus recomendaciones no han sido totalmente implementadas.
El cambio climático también está representando un nuevo reto a la población de la foca arpa al impactar negativamente su hábitat de crianza. Cada vez más, las pobres condiciones del glaciar en la costa este de Canadá están causando una mortandad más alta de lo normal en las crías de las focas. Por ejemplo, científicos gubernamentales estiman que para el 2002, el 75% de las crías de la foca en el Golfo del San Lorenzo morirán debido a la falta de hielo aun antes de que la cacería empiece. Todavía el gobierno continúa estableciendo cuotas de capturas para la foca arpa arriba de los niveles sostenibles, poniendo la población en un constante riesgo.
De hecho el total permitido de captura ha sido excedida en cuatro de los últimos cinco años. Un estudio científico reciente (Leaper y Matthews 2006) examinando el enfoque del gobierno canadiense para determinar el estatus poblacional de la focas arpa del noroeste del atlántico revelaron que el actual enfoque para manejar seriamente los riesgos de la caza de foca mermaran la población de la foca arpa hasta en un 50 a 70% en los próximos 15 años.
Las focas arpa están encarando un desastre ecológico. El hábitat de hielo de estas focas está derritiéndose literalmente. Cuando el Gobierno canadiense debería proteger las focas, parece estar determinado a eliminarlas y proporcionar más razones para que la comunidad internacional condene la cacería comercial de focas. Afortunadamente este año los movimientos sociales internacionales de protección a las focas parecen cobrar fuerza, lo que en unos años dará resultado con la prohibición total de estas prácticas, recordemos que los grandes cambios empiezan venciendo la apatía y la inercia y por supuesto alzando la voz quienes tenemos la oportunidad de hacerlo.
gaem80@gmail.com

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