martes, 23 de julio de 2013

Modelo Pata de Perro

Erwin S. Bárcenas Oliveros
Un Clavo al Ataúd 

A varias horas del día, tenemos el gusto y la alegría de encontrar en las aceras, caminantes con miles de expresiones, siluetas de bocas en mil divertidos y amarrados gestos de sabor; tras ellos, las multilíneas de sus expresiones asadas al acaloramiento lento en la parrilla constante de ombligo de semana...
La necesidad, la prisa, el horario y el antojo son sólo uno que otro tabique de la compleja muralla de rostros que, bajo el rítmico paso de llantas sobre el asfalto y esos melódicos tenores de banqueta, me regatean, ofreciendo siempre ese extraño producto llamado “Bara, bara”, el “llévelo, llévelo...” Adornan la imaginería diaria del que mata el tiempo. 
Finos tacones y perfumes con esencia de urbano y sobaco de puberto, avasallan los finos oídos de las dignas señoras que con nariz apuntando a los cielos comercializados y marketinizados de un dios que las hizo tan finas y por encima de la media clase baja, a la que con sensuales indiferencias se le contonean en un frenesí escabullidor, como pidiendo que las maten, pero despacito...
Narrativa prestidigitadora, truco de la calle, escena corta de realismo mágico, digno a lo mejor o no, de un buen párrafo Rulfiano atrapado entre los grises de la lente de Álvarez Bravo, aderezado con Alta Definición nacional a lo Era de la Digitalización… la era de los últimos modelos, de los jijos de la palabra, de su mal dormir.
 Texto carente de sentido éste que por aquí les dejo tirado; innecesaria lectura de un momento emanada de quedarme estático en medio de toda esa maravillosa galería de dramas y risas, sollozos con suspicacias, sonatas y mentadas: me recuerda la delicia del porqué caminar en cámara lenta para poder admirar esta obra de la naturaleza contemporánea, un ejercicio natural de una vida urbanizada, quedada en la economía de Pepe el Toro, viviendo en los tiempos de una red global, una social media devorando a sus hijos, esperando que vengan los cortes comerciales en sus celulares tan inteligentes, para ir al Oxxito de la esquina, recargar el saldo y rellenar los bolsillos del Osito y la Tía Rosa.
Todo siempre bajo este arrítmico son de espacios y esencias que me regalan a diario, mi chamba de ser un auténtico y maternalizado icono del pata de perro.

No hay comentarios: