La marcha está en proceso

Erwin S. Bárcenas Oliveros
Un Clavo al Ataúd

El experimento debe ser concreto. Los resultados que arroje el proyecto Reforma deberán mostrar el comportamiento, no sólo de los sujetos a prueba, sino la reacción de todo el medio ambiente en conjunto. Si las pruebas son satisfactorias y el medio ambiente restante asimila de a poco los cambios, se procede al siguiente nivel: comienza la implementación de la fórmula al resto de la fauna nacional.
El asunto magisterial no es más que un buen experimento para medir y comprobar qué pasará cuando la reforma laboral sea aplicada de manera absoluta no sólo entre el gremio de maestros, sino en el resto de los niveles profesionales con capacidad de confrontar al poder del Estado, si se logra someter y sobrepasar las reacciones de los involucrados, ya una vez logrado el convencimiento del resto de las entidades y población de que dicha medida es por el bien de todos y que el enemigo no es el que nos usa como ratas de laboratorio, sino los que son como nosotros, pero que no somos nosotros: los maestros.
Quien crea que estos eventos afectan únicamente a los docentes, va parado en un falso y endeble bote salvavidas. Ésta es la avanzada que comenzará a limitar, de forma casi totalitaria, lo derechos laborales-sindicales, económicos, profesionales e institucionales para todos y cada uno de los mexicanos que vivimos al día, con base en un sueldo, un contrato, un pacto hasta hoy todavía protegido y vigilado por la Constitución, un libro que hoy es tan fácil poder modificar como le venga en gana a las tendencias económicas y necesidades de influencia de quienes están en la cúpula de los tan pomposos y mentados poderes fácticos.
Lo que hoy está pasando es lo que nos irá tocando a todos, según el índice de prioridad de gobierno, empresas e incluso líderes religiosos, por lo que se está previniendo, que cuando eso pase, nosotros mismos nos hayamos convencido, gracias tanto a medios masivos afines a las instituciones, del uso de la fuerza institucional, legal y pública, contra quien se inconforme o se manifieste abiertamente y en masa, contra las decisiones de esos personajes que hasta antes de ser votados, querían servirnos a nosotros.
No, señoras; no, señores; no, gente “bonita” con dinero y cara de “pata rajada” como yo... no son los maestros solamente, somos todos, los que estamos siendo afectados, pero vivimos bajo esa milenaria filosofía del “Si no me afecta, no me importa”. El problema no son los bloqueos, no son los plantones o las consignas contra una reforma en todos aspectos anti-pueblo, no; el problema vendrá después, en forma de “Estos cambios donde les pondremos grilletes, limitaremos sus prestaciones y congelaremos sus sueldos, es por su bien y el de toda nuestra santa República”... el problema será que entonces nuestros derechos, serán doblados y cuando por fin queramos protestar, nosotros mismos recordaremos que casi casi exigimos, que eso se permitiera.
El experimento está en marcha, y contra dicha marcha, no estamos protestando.

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